27 mayo, 2014

Ya no puedo mirar a otro lado




Título original
Blue Jasmine
Año
2013
Duración
98 min.
País
 Estados Unidos
Director
Woody Allen
Guión
Woody Allen
Música
Varios
Fotografía
Javier Aguirresarobe
Reparto
Cate BlanchettAlec BaldwinSally HawkinsBobby CannavalePeter Sarsgaard,Louis C.K.Michael StuhlbargAndrew Dice ClayMax CasellaTammy Blanchard,Alden Ehrenreich

Quien otro sino el genial Woody Allen podía dirigir una cinta así. Tal como lo hizo en Match Point protagonizada por Jonathan Rhys-Meyers y la bellísima Scarlett Johansson, nos sumerge en la vida de protagonistas atormentados que parecen no encajar en sus propias vidas. 
La música es también otro protagonista en ambas cintas; para la primera la ópera, para la segunda, el jazz, como evocando una época dorada que solo puede ser recordada a través de antiguas melodías  pero nunca más ser vivida de nuevo.
No en vano Cate se lleva un Oscar por su actuación en esta cinta sorprendiendo un poco a la crítica que daba como ganadora a Sandra Bullok por "Gravity", y es que Blanchett simplemente esta genial en su papel de la perturbada Jasmine, 
Todo debe ser glamoroso a su alrededor, así que empieza por cambiar su verdadero nombre, Jeanette  no "tiene gancho"  así que lo cambia a Jasmine, casada con Hal (Alec Baldiwin) vive entre lo mejor de la sociedad neoyorquina disfrutando de una vida llena de glamour y completa despreocupación, la "única piedra" en sus caros zapatos es su hermana Ginger  (Sally Hawkins) que pertenece a la clase trabajadora y vive en San Francisco,  y es que la pobre heredo "los peores genes" y eso que ambas no son hermanas realmente sino que  fueron adoptadas por la misma familia.
La película es narrada a través de flash back que nos llevan desde su días de gloria hasta la decadencia monetaria y emocional en la que ahora se encuentra sumergida. Pero esta tragedia tiene por momentos esos toques de humor que nadie como Allen sabe darle y Cate sale victoriosa de todos estos retos.
Así vemos a Jasmine disfrutando de todos los placeres que el dinero puede comprar; lujosas casas, joyas, ropa y accesorios de diseñador, viajes alrededor del  mundo, a tener que compartir un modesto departamento junto a su hermana que por añadidura tiene dos hijos que no dejan de "martirizar" a su pobre tía. Todas sus  propiedades y joyas han sido confiscadas por el gobierno y lo que pudo salvar ya lo ha vendido, así que nuestra protagonista se aferra a sus escasos bienes; algunos vestidos, carteras, bolsos de viaje y zapatos, eso es todo lo que le queda de sus días de gloria. La película salta de un mundo a otro, del cuento de hadas a la historia de horror en momentos precisos, como haciendo hincapié en comparar ambas situaciones, así, Allen nos lleva de la mano al interior de la propia Jasmine.
Vamos de los momentos en que tiene que soportar la visita de su "poco afortunada hermana" y su insoportable marido que no encajan en su mundo "Louis Vuitton", a aquellos en los que se ve obligada a depender de ella.



El dinero siempre abunda en casa de Jasmine, y ella está lista para disfrutarlo. El marido se encuentra inmerso en negocios ilegales, pero eso la elegante mujer no lo sabe o simplemente prefiere "mirar para otro lado". Esa es su forma de vida, cuando hay problemas Jasmine no los enfrenta, simplemente mira para otro lado, como lo hace ante las continuas infidelidades de su esposo. Hasta que la realidad la golpea en el rostro y se ve obligada a mirarlas frente a frente.
Jasmine no sabe lidiar con la vida,  no sabe respirar fuera de su burbuja de confort y se asfixia en el mundo real; sus aliados, un buen trago y algunas Xanax le ayudan a seguir adelante. Se refugia en su propio mundo y a menudo la encontramos hablando sola. Ella no entiende eso de "que debe trabajar para vivir", le horroriza aceptar un trabajo de recepcionista de un odontólogo, pero termina por aceptarlo.  Jasmine busca con desesperación quien reemplace a su esposo y le de los lujos y la comodidad a los que está acostumbrada, no lo importa mentir y negar a su propio hijo en su desesperada búsqueda. Sin embargo, el personaje de Blanchett es tan patético que uno termina sintiendo simpatía por ella y hasta un poco de lástima cuando todos sus planes se frustran... como la flor Jasmine languidece, se apaga.


Siempre vuelve una y otra vez la melodía que inspira el título "Blue moon", es la pieza que sonaba el día que conoció a Hal, su gloria y su ruina; su cielo y su infierno.
Una película que vale la pena ver, la consolidación de Cate como la gran actriz que es.

Ficha artística: Film Affinity
Dedicado a mi gran amiga Celia.