Mi madre murió el 04 d agosto de este año...
hubieron tantas cosas que no se dijeron, porque no se podía o no se sabía cómo
decirlas y ahora todo ese silencio me pesa y me ahoga.
Mi hermana no quiso que te dijéramos la verdad de lo que te sucedía,
que tu enfermedad ya era irreversible, que tu vida se acercaba al final, a ese
fin que siempre nos aguarda a todos por mucho que corramos… pero como siempre
fui cobarde y calle, perdóname madre por no haber tenido el valor de decirte la
verdad. Tú tenías derecho a saber que ibas a dejar este mundo, tenías derecho a
poner tus cosas en orden, a perdonar y ser perdonada... o quizá a continuar con
tus antiguos resentimientos, pero esa era tu decisión y te la arrebatamos.
Y qué hago ahora con todo aquello que no se dijo... yo no puedo creer
que tu desconfiaras de mi hermano y de mí, que estuvieras resentida con
nosotros como nuestra hermana mayor nos dijo. Cómo podrías estarlo, lo siento
madre, pero creo que no tenías derecho a eso, no a eso.
Tú te equivocaste y permitiste
que nos apartaran de tu lado y luego tampoco hiciste mucho por recuperarnos.
Y nosotros crecimos lejos, ¡dime, dime
cómo se cultiva algo de lejos!... fue mi tía querida quien velo mis fiebres y
escucho mis primeras palabras de adolescente desilusionada.
Por qué no nos quisiste, por qué traer al mundo a quien que no se va a
amar. Los hijos siempre, siempre deben ser deseados; no fruto de un error, de
un querer retener a alguien, del cansancio o de la rutina.... los hijos solo
deben venir por amor, Sabes, por eso yo jamás quise ser madre, no hubiera sido
buena, soy impaciente, impulsiva, aún a mis años no tengo un rumbo, no sé qué
quiero, ¿cómo arrastrar un hijo a esta
incertidumbre?
Prometí que estas palabras serían la
verdad y nada escondería... al final son solo para mí, para aliviar este dolor.
Nunca nos entendimos, siempre pensabas que era lenta, tonta, sin iniciativa; no
tenía la habilidad de mi hermana, y es que ella creció tu lado y de ti aprendió
la fuerza y las ganas para luchar... porque no reconocer tu valor sería mezquino.
Eras la mujer más valiente y emprendedora que he conocido, enfrentaste la vida
a puñetazos, la dominaste y saliste adelante.
1 comentario:
Rosa querida:
Mi abrazo por la pena que estas pasando...
Mucho tiempo sin saber de ti...
Hoy visito tu casa y me encuentro con tu pena...
Te mando un beso muy grande..
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