13 febrero, 2007

Eros


Es Hesíodo, en una de sus principales obras "Teogenía", quien introduce a Eros como "creador de toda la vida", lo considera como una entidad primordial. El amor es una fuerza universal de atracción. Y le da en su obra el carácter que conservará para siempre: el de lazo, conexión, mediador, unidor.
Es en este día tan especial he querido traerles está hermosa leyenda. El amor que crea, unifica y enriquece. El amor que muere y vuelve a nacer. No solo el amor de pareja, sino en todas sus expresiones. Así como EL AMOR que un día nos trajo a está montaña y nos unió para siempre.

El Olimpo está de fiesta. Los inmortales celebran regocijadamente el nacimiento de Afrodita (Venus), la bella diosa del amor. En las copas de oro corre abundante el néctar, para estimular la despreocupada alegría de los dioses, quienes ríen contentos.
Terminado el festín, surge una figura andrajosa Penía, la Indigencia o Miseria, viene a mendigar los restos del banquete. Pero, antes de iniciar algún movimiento hacia la mesa, sus ojos vislumbran la hermosa figura de Poros, el Recurso, dios de la Abundancia, hijo de la Prudencia.
Lo ve de lejos cuando, embriagado por el exceso de néctar, se aleja de los inmortales y penetra en el jardín de Zeus (Júpiter). Allí el joven se acuesta y pronto cae en pesado sueño.
Indigencia, siempre está a la búsqueda de medios o recursos para sobrevivir, toma en ese instante una resolución: tener un hijo de Poros. Y con esa intención se dirige también al jardín. Silenciosamente, se acuesta junto al Recurso. Lo abraza, lo despierta. Y concibe el hijo deseado: Eros, el Amor.
Engendrado el día del nacimiento de Afrodita el hijo de Penía será siempre el compañero y paje de la Belleza. Y para siempre será también ambivalente. Porque de su madre hereda la permanente carencia y el destino andariego. Y de su padre le vienen el coraje, la desición y la energía que lo hacen astuto cazador. Avido de lo Bello y lo Bueno, de las dos herencias proviene su destino singular: ni mortal ni inmortal. Ora germina y vive, ora muere y de nuevo renace. Permanentemente transita entre la vida, la muerte y la resurrección.
Marcado por la herencia que le trasmite su madre, no es sabio. Pero se esfuerza por conocer. Por amor a la Sabiduría, Eros filosofa.

5 comentarios:

Da Vinci dijo...

No solo por el día de hoy. No solo en la montaña. No solo el amor y la amistad vive bajo la tienda de BBM...
Hay tanto amor en todas partes, en cada rincón de nuestro cuerpo...

Demos gracias por ello, nos acerca más al infinito.

pon dijo...

Por el amor incondicional de la montaña, por el amor del que nos enamoramos.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Una vez iba en el tren leyendo "Las Dos Torres" y junto a mi un señor me preguntó si me estaba gustando, a lo que respondi que ¡SI! y comenzamos un diálogo que no olvido... Me explicó que veía a Tolkien como el creador de toda una mitología y que como tal era nada más y nada menos que una manera más de explicar la realidad, lo que sentimos, lo que vemos, lo que hacemos... Jamás nadie me había explicado de manera tan sencilla lo que era la MITOLOGIA (y eso que estudié un par de años Profesorado de Historia...)
El relato que nos dejaste es mitología y como tal te deja un saborcito de que comprendés perfectamente de qué estás hablando porque, en este caso, el Amor... de una u otra forma, siempre vive en nosotros: ya sea por el recuerdo, porque lo estamos viviendo o porque lo anhelamos. El AMOR... siempre está a nuestro alrededor.

Besotes Rosa, desde Buenos Aires!

PD.: Te extraño...

Anónimo dijo...

Hermosas leyendas, sentidísimos posts. Me has hecho despegar del piso en tu casita.
Felicitaciones, Rosa!
Un beso desde Argentina.

JfT

Dalia dijo...

interesantísimo... gracias linda