Una de mis novelas favoritas es “Drácula” de Bram Stoker, debo haberla leído unas diez veces. ¿Qué es lo qué me fascina de esta novela?, no sabría explicarlo exactamente. Esencialmente es la intensidad de sus personajes. Desde la llegada de Jonathan Harker (prometido de Mina) a la mansión del Conde y cómo va descubriendo la real naturaleza del personaje del que es huésped. El traslado del conde a Londres y el dramatismo con el que ingresa al puerto de Whitby. La entereza con la que todos se unen para salvar primero a Lucy y luego a la inteligente y valerosa Mina de las garras del vampiro (Quincey Morris, Van Helsing, Arthur Holmwood, John Seward y Jonathan). A mi entender son dos los personajes destacables en la obra Mina Harker y Abraham Van Helsing (antiguo mentor de John Seward). La serena inteligencia y bondad de la primera y la brillantez y fortaleza del otro.
Consigue pasajes emocionantes, como la persecución del conde haciendo inhabitables sus guaridas; y continuando esta hasta su castillo en los Cárpatos.
Además, la forma en que esta construida la obra, a través esencialmente de los diarios de los personajes, constituye una forma de intima identificación con los mismos. Así, somos partícipes de sus decepciones, sus secretos, su sufrimiento y sus pequeñas alegrías.
Consigue pasajes emocionantes, como la persecución del conde haciendo inhabitables sus guaridas; y continuando esta hasta su castillo en los Cárpatos.
Además, la forma en que esta construida la obra, a través esencialmente de los diarios de los personajes, constituye una forma de intima identificación con los mismos. Así, somos partícipes de sus decepciones, sus secretos, su sufrimiento y sus pequeñas alegrías.
Bueno, con este segundo libro creo que las coincidencias van a ser muchas. Debo confesar que descubrí la obra de J.R.R. Tolkien, gracias a Peter Jackson y su fabulosa trilogía; me basto ver la primera entrega: “La Comunidad del Anillo”, para lanzarme a la búsqueda del libro y de los demás que constituyen la trilogía, ademas de "El Hobbit" y "El Silmarillon". He leído que Tolkien tardo 11 años en culminar su obra, no me sorprende, porque crear todo un mundo con sus propios paisajes, razas y lenguas no debe ser tarea nada fácil.
Pero esta en las páginas mismas de sus libros la magia de la Tierra Media
Es una lucha entre el bien y el mal, entre el equilibrio de los seres que viven en armonía con el espacio en que viven y aquellos que los destruyen. Es un ejemplo de valentía, honor, sacrificio, compañerismo. Llevar el deber más allá de nuestras propias fuerzas… recuerdan esa conversación entre Frodo y Sam cuando este último le dice qué sería si esos héroes de las leyendas de las que siempre han escuchado hablar se hubieran acobardado.
Oscar Wilde y su famosa novela “El retrato de Dorian Gray”, me fascino desde que tuve oportunidad de leerla: el joven ingenuo e inexperto, ajeno a su belleza y a la influencia que esta ejerce sobre los demás. Solo cuando Basil Halward, un artista impresionado por Gray, captura en el lienzo esta hermosura sella el destino de Dorian. El muchacho toma conciencia que el cuadro conservara toda su actual hermosura, mientras que él se ira transformando con los años y envejecerá; entonces formula un deseo que es casi un pacto: que él permanezca inmune al paso del tiempo y sea el cuadro el que cargue con la vejez y sus vicios. Henry Wotton, amigo de Basil, ejercerá la función de una especie de “demonio corruptor”, pero como tal, solo insinuara y enseñara al joven todo ese mundo de desenfreno, lujuria, crueldad y libertinaje hasta ese momento desconocido para este. Pero será Dorian y solo él quien tome sus decisiones.
El desenlace es en cierta forma la toma de conciencia de Dorian de todo el mal que ha ocasionado, destruye el cuadro que ha cargado con todos sus pecados, y que ahora solo es una masa terrible de ver y el infernal pacto termina.
Una novela que nos muestra las hipocresías de una sociedad donde las apariencias lo son todo, mientras debajo de esa capa de pintura se esconden las más terribles depravaciones.
“Los Miserables“ de Víctor Hugo, una novela apasionante de principio a fin. La “justicia”, en una Francia del siglo XIX, donde se podía llevar a prisión a un hombre por el simple hecho de robar un pan. Aquí el protagonista es Jean Valjean, quien sale de prisión después de 19 años, convertido en un hombre que ya no abriga fe ni esperanza alguna. Hay un hecho que a mi parecer cambia toda su vida, se ve ayudado por un obispo, quien lo hospeda. Jean ve unos candelabros de plata y decide robarlos, pero es sorprendido por la criada, sin embargo el sabio sacerdote alega que es él quien ha obsequiado a Valjean los valiosos objetos, de los que Jean nunca se deshará. Así, asombrado por la generosidad de este hombre el antiguo presidiario cambia su vida y con esfuerzo se va haciendo de una fortuna. Es importante destacar al otro protagonista Javert, quien se obsesiona en atrapar a Jean, nada lo detiene en su búsqueda, su retorcido concepto de que todo infractor debe pagar por su crimen lo lleva a un doloroso desenlace.
El dramático encuentro de Jean con Fantine y la triste existencia de esta, el como ella le pide se haga cargo de su pequeña Cossete, la que se convierte en el lazo que lo une al mundo.
Además de que la obra nos conduce a través de importantes hechos históricos contemporáneos a Víctor Hugo, existe otro ingrediente que me hace reflexionar en esta novela: y es la injusticia, la miseria y el como la bondad puede transformar a cualquier hombre y permitirle recobrar su condición como tal.
Bueno, todos conocen mi admiración por Conan Doyle y su detective Sherlock Holmes, así que no podía faltar una de sus obras en mi lista, me quedo con “El sabueso de los Baskerville”. Me gusta especialmente por el aire de suspenso, con ciertas pinceladas de terror que Doyle puso en esta obra; la antigua maldición de los Baskerville y el diabólico sabueso que los perseguía. Además el cronista del genial detective cobra también un papel protagónico, Watson es quien ayuda a desentrañar el misterio que agobia a esta familia y Holmes le demuestra cuán importante es para él tenerlo como compañero. Son pocas las ocasiones en que Holmes se despoja de su máscara de frialdad y nos muestra su lado humano; uno de ellos es cuando cree muerto a Sir Henry Baskerville y luego se percata de su error y en el momento en que presencia al infernal sabueso. Abatimiento y miedo.
Está demás comentar la demostración de sus habilidades de deducción, su extraordinaria inteligencia y la entrega tanto física como intelectual al trabajo que viene realizando.
Sé que ya me pase de lo convenido (sorry mi angelito), pero no podía faltar la obra que da nombre a mi hogar “Cumbres Borrascosas” de Emily Bronte. Una de las novelas más desgarradoras que he podido leer. En medio de la historia de amor de Catherine Earnshaw y Heathcliff, se mezclan los más “borrascosos” sentimientos. Es la señora Dean (servidora de la casa de los Lockwood) quien nos sirve de narradora de la historia de los personajes y es a través de su punto de vista que nos hacemos idea de la fatalidad de sus existencias y la intensidad de sus sentimientos. Las humillaciones de Heathcliff por parte de Hindley (hermano de Catherine), y que solo las hacen soportables la amistad que mantiene con Catherine, pero un día ella se aleja por un pequeño accidente siendo hospedada en casa de los adinerados Linton, cuando ella regresa a Cumbres, ya no es más esa chica sencilla que solía jugar con él, roto este último lazo de ternura, Heathcliff se marcha lleno de odio y deseos de venganza.
Todo lo que ocurre después es una historia plagada de oscuros enlaces, de amargas venganzas, de muertes y amargura. Quizá solo al final los personajes hallan la redención y la paz. Ninguna película ha conseguido dar vida a las letras escritas por Emily, a esa intensidad de sentimientos, a todo ese agobiante ambiente de odio, a la pasión del frustrado amor de Heathcliff y Catherine.
Existen novelas que han sido escritas para vivir dormidas entre las hojas de un libro hasta que alguien las despierte y su espíritu sea atrapado por ellas.
Tarea cumplida mi querido amigo, y gracias por esas maravillosas palabras.
