12 enero, 2007

Gente




Gente que se despierta cuando aún es de noche

y cocina cuando cae el sol

gente que acompaña gente es hospitales, parques

gente que se despide, o que recibe a gente en los andenes

gente que va de frente

que no esquiva tu mirada

y que percibe en el viento cómo será el verano

cómo será el invierno.





Gente que pide por la gente en los altares

en las romerías

gente que da la vida, que infunde fe

que crece y que merece paz

gente que se funde en un abrazo en el horror

y que comparte el oleaje de su alma

gente que nos renueva la pequeña esperanza

de un día vivir en paz.




Para vivir así en las miradas transparentes

recibir su luz definitivamente

nubes van y van y van pasando

pero aquella luz nos sigue iluminando.

Qué fresca es la sombra que ofrecen

qué limpia el agua dulce de sus miradas

es por tí que empiezo un nuevo día

hay ángeles entre nosotros.




Dos, tres horas para disfrutarte

y de dos de cada siete días para darte

un pasaje en la más bella historia de amor,

Dos, tres horas para contemplarte

y dos de cada siete días para darte

te acomodo en un rincón de mi corazón.
Esta es una entrada que tenía desde hace un tiempo guardada, problemas de la computadora me impideron publicarla antes. Problemas que todavía no soluciono, pero que afortunadamente me han permitido llegar hasta aquí.
Es una hermosa letra de una canción interpretada por Soledad Gimenéz, anterior vocalista de "Presuntos Implicados", y que trajo hace algunos días atrás (10 de enero) nuestro amigo Da vinci.
Me pareció una hermosa manera de retomar el camino, porque a lo largo de estos meses he conocido gente maravillosa y sé que en verdad "hay ángeles entre nosotros".
Gracias por su amistad, por su paciencia, por su cariño. Y disculpen si alguna vez fui demasiado vehemente en mis comentarios, sé que sabrán entenderme... yo soy así apasionada. En verdad, no sé sí esto es bueno o malo, pero forma parte de mi naturaleza. Sin embargo, debo frenarla un poco, porque en más de una ocasión sin querer he podido molestar o lastimar a alguién.
Sé que escribir no es una prioridad, pero sí una necesidad... escribir para mí es como respirar, en todo este tiempo que no he podido hacerlo, es como sí hubiera estado entre rejas. Por lo menos escribiendo soy libre. No tengo una multitud de lectores, pero los que tengo los valoro infinitamente.
Así que pese a que ya es muy tarde, este el único momento del día que dispondré para pasear por las casitas y ocasionalmente publicar algo.
Las obligaciones y los problemas me persiguen... me acosan. Pero está vez, voy a resistir; como dice la canción: "Resitire para seguir viviendo, soportare los golpes y jamás me rendire y aunque los sueños se me rompan en pedazos... resistire".
Mil gracias, y si quieren escuchar está canción en la hermosa voz de Soledad, disfruten del video en casa de Da vinci (gracias amigo por traernosla).

El breve instante en que no estas

Los ojos de Jack se perdían en el horizonte, había salido a toda prisa, después de que Ennis se marchara. Ahora apoyado sobre la puerta de la habitación del Motel, se sentía paralizado, cansado, tan cansado que hubiera permanecido allí hasta disolverse en el paisaje.
Ennis siempre se iba de prisa, evitando mirarle, como si tuviera verguenza de encontrarse con sus ojos. Le costaba tanto entenderlo; como entender esa prisa despiadada, si hacía unos instantes se había embriagado hasta el hartazgo de su cuerpo, de sus caricias. Si cada recodo de su ser había descansado en el suyo, amoldándo sus formas a la perfección. Si su boca lo había recorrido palmo a palmo, con ternura, con fiereza.
Y luego ese silencio, esos remordimientos que sabía lo atormentaban en el mismo instante que abandonaba sus brazos. Solo se vestía, tomaba su sombrero y se largaba sin decir una maldita palabra. Hubiera dado cualquier cosa, por escuchar unas palabras de su boca: "Te amo Jack, te necesito, sin tí la vida no es vida". Y él teniendo que morderse los labios, para no decirle nada, porque Ennis también lo condenaba al silencio. Nada de ternezas entre ellos, "Pero si eran dos hombres, que va".
Las lágrimas se deslizaban lentamente por las mejillas de Jack. Regreso al cuarto, no podía apartar los ojos de la cama que habían compartido, se acerco hasta ella y dejo que su mano acariciara suavemente el lugar donde Ennis había descansado. Aún podía sentir el aroma de su cuerpo, la ligera humedad que la impregnaba; se reclino suavemente y cerró los ojos, para que nada pudiera turbar sus pensamientos.



Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad
en la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve instante en que no estas.
Todavía no pregunte ¿te quedaras?,
nadie sabe al día siguiente lo que hará,
rompe todos mis esquemas
no confiesa ni una pena
no me pide nada a cambio de lo que dá.
Suele ser violento y tierno
no habla de uniones eternas,
más se entrega cual si hubiera
solo un día para amar.
No comparte una reunión,
más disfruta la canción
que comprometa sus pensar.
Todavía no pregunte ¿te quedaras?,
temo mucho la respuesta de un :¡ jamás!
lo prefiero compartido
antes que vaciar mi vida,
no es perfecto, más se acerca a lo que yo
simplemente soñe.

Sí, Ennis no era perfecto, pero era todo lo que había ansiado en la vida, y bien valía la pena esperar. Quizá un día, él se diera cuenta de que un amor así, no podía repetirse, y regresara.
Entonces se envolvería en sus brazos, y ya no habría más dudas, ni miedos. Le acercaría los labios al oido y le diría muy bajito: "Jack te amo, y ya nunca me iré de tu lado".
Un sencillo homenaje a Jack y Ennis, y a ese amor que nunca envejecera.
Gracias a otro grande de la música cubana Pablo Milánes.
Está fue una entrada que hice en el mes de octubre del 2006; pero en vista de la cercanía del aniversario del estreno de nuestra Brokeback Mountain, me pareció bueno traerla de nuevo.



09 enero, 2007

Para Alfonsina

Cuando un sentimiento me desborda... lo siento, no lo puedo callar.

Mi dulce amiga
de mejillas rosadas,
deja mi mano pasear por tus cabellos
tus cabellos de plata,
dejame poner una caricia de sol en ellos.
No te marches aún...espera.

Yo estoy aquí sentada
desde hace mucho
en esta orilla embebida
con la sal del mar,
con la sal de mis ojos.

Estoy aquí sentada
desde hace mucho.
Ya me han besado la sienes
unos labios grises y torpes.
Ya me ha enseñado el viento
su lenguaje de susurros y gritos.
Más casí siempre me habla
bajito...bajito
hasta quedarme dormida.

Mi amiga buena
de sonrisa franca, de poderosa palabra
que se abre paso
hasta hundirse en el alma.
No te marches aún... espera.

¿No quieres contarme tus penas?
Ven aquí a mi lado,
clava tu mirada azul
en mi oscura mirada.
Habláme de él,
de su rostro,
de su voz,
de su cuerpo,
de su amor
de su olvido.
No te marches aún... espera

Dejáme hacerte una confidencia.
Yo también estoy enamorada del mar
y sus profundidades,
donde hay castillos de coral y peces dorados,
montañas y llanuras
y abismos oscuros
plagados de seres extraños.
Yo también estoy enamorada del mar
y su cadencia eterna,
y sus encajes salados
besando mis pasos.
Amo sus murmullos cuando se aleja,
y su caricia fria en mi talle,
como un amante que no tiene prisas.

No te marches Alfonsina.
Dónde iras con tu paso cansino,
Dónde iras con tu mirada de olvido,
Dónde iras con tus manos tan blancas.

Amiga, espera...
quizá una de estas tardes
quiera marchar contigo.
No, no es que este pensando en seguir los pasos de Alfonsina, es que a veces me embarga una tristeza extraña; no sé de dónde viene... simplemente se instala en el pecho y me abruma. No puedo evitar hacer mías las tristezas ajenas. ¡Que se yo!.
Pero siempre respiro hondo y vuelvo a tomar camino.

06 enero, 2007

Alfonsina y el mar

Por la blanca arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más.
Y por un sendero de pena y silencio
llevo hasta el agua profunda.
Y un sendero solo de penas mudas
llevo hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia te acompaño
qué dolores viejos callo tu voz
para recostarse arrullada en el fondo
de la caracola marina.
La canción que canta
en el fondo oscuro del mar
la caracola.

Te vas Alfonsina
con tú soledad
qué poemas nuevos
fuiste a buscar.
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma
y te está llevando
y te vas hacía alla
como un sueño
dormida Alfonsina
vestida de mar.



Cinco sirenitas te llevarán

por caminos de algas y de coral

y fosforecentes caballos marinos

harán una ronda a tú lado.

Y los habitantes del agua

van a jugar

pronto a tú lado.

Bajáme la lampara un poco más

dejáme que duerma nodriza en paz

y se llama él

no le digas que estoy

dile que Alfonsina no vuelve

Y si llamá él

no le digas nunca que estoy

dí que me ido.

http://youtube.com/watch?v=lN-aS48_EY4

Todo lo que es bello, llega a mi vida de manera inesperada. Como está canción que la escuche en la voz profunda de Mercedes Sosa. Son de esas cosas que no tienen explicación, simplemente se te quedan grabadas en la memoria para siempre.

No conocía a está poetisa argentina hasta que escuche a Mercedes, y me pregunte... quién es Alfonsina... y supe que se trataba de Alfonsina Storni, supe de sus poemas, de sus tristezas... de su trágico final. Y la traigo para ustedes, con algunos de sus poemas.

Alfonsina Storni

Alfonsina Storni nació el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca (Suiza) y murió el 25 de octubre de 1938 en Mar del Plata, (Argentina). Poetisa del Postmodernismo argentino.
La que sería una de las poetas más famosas de Hispanoamérica era hija de un industrial cervecero, nacido en Lugano, cantón italiano del Ticino, Suiza. En 1891 la familia viajó a Suiza y al año siguiente nació Alfonsina, que aprendió a hablar en italiano. Vueltos a la Argentina, los negocios fueron mal y la familia tuvo que poner un mesón en Rosario.
Alfonsina comenzó a trabajar ya de niña como lavaplatos, camarera, costurera y obrera; en 1907 entra como actriz en una compañía de teatro itinerante que se desplaza por todo el país. Con ella representó Espectros, de Henrik Ibsen; La loca de la casa, de Benito Peréz Galdós; y Los muertos, de Florencio Sánchez. Vuelta a Rosario, su madre se ha casado y vive en Bustinza. La poeta estudia la carrera de maestra rural en Coronda y allí recibe el título. Consigue un puesto y se vincula a dos revistas literarias, Mundo Rosarino y Monos y Monadas. También inicia su larga colaboración con la revista Mundo Argentino.
En 1911 se traslada a Buenos Aires, al año siguiente nace su hijo Alejandro, sin padre conocido. Eso la define como mujer que se enfrenta radicalmente a la sociedad. La inquietud del rosal se publica, a pesar de las penurias económicas, en 1916. Trabaja como cajera en una tienda y en la revista Caras y Caretas. Se relaciona con José Enrique Rodó, Amado Nervo, José Ingenieros y Manuél Ugarte. Con estos dos últimos su amistad es más profunda. Su situación ecónomica mejora. Hace frecuentes viajes a Montevideo, donde conoce a la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou y al que será su gran amigo, el escritor también uruguayo Horacio Quiroga (también suicida).
Su libro Languidez, de 1920, había merecido el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. En 1925 publica Ocre, que marca un cambio decisivo en su poesía. Desde dos años antes es profesora de Lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Su poesía, fundamentalmente de temática amorosa, también se liga a la temática feminista e intenta desligarse de las hopalandas del Modernismo y volver más la mirada al mundo real. La soledad y la marginación hacen mella en su salud, y a veces la neurosis le obliga a dejar su puesto de maestra de escuela.


Varios viajes a Europa (1930 y 1934) motivaron una evolución hacia un lirismo libre de moldes formales, dramático y descarnado y de una audacia erótica insólita para la época, con nuevas meditaciones feministas: Mundo de siete pozos, 1934 y Mascarilla y trébol, 1938 Tras la muerte de su amigo el escritor Horacio Quiroga, sola y aquejada de cáncer, se suicidó adentrándose en el mar en la playa La Perla, en la ciudad de Mar del Plata, donde actualmente se erige un monumento recordando esta tragedia.
Su trágico suicidio inspiró la canción Alfonsina y el mar, de Ariel Ramirez y Félix Luna, que ha sido interpretada por innumerables músicos de lengua española, destacándose por encima de todas la versión de Mercedes Sosa.

OBRA

Poesía
1916- La inquietud del rosal
1918 - El dulce daño
1919- Irremediablemente
1920 - Languidez
1925- Ocre
1926 - Poemas de amor
1934- Mundo de siete pozos
1938 - Mascarilla y trébol
1938- Antología poética
1968 - Poesías completas

Teatro
1927 - El amo del mundo: comedia en tres actos.
1932 - Dos farsas pirotécnicas

Ensayo
1998 - Nosotras y la piel: selección de ensayos.

LA INVITACION AMABLE

Acercate, poeta; mi alma es sobria,

de amor no entiende -del amor terreno-

su amor es mas altivo y es mas bueno.

No pediré los besos de tus labios.

No beberé en tu vaso de cristal,

el vaso es frágil y ama lo inmortal.

Acercate, poeta sin recelos...

ofréndame la gracia de tus manos,

no habrá en mi antojo pensamientos vanos.

¿Quieres ir a los bosques con un libro,

un libro suave de belleza lleno?...

Leer podremos algun trozo ameno.

Pondré en la voz la religión de tu alma,

religión de piedad y de armonía

que hermana en todo con la cuita mía.

Te pediré me cuentes tus amores

y alguna historia que por ser añeja

nos dé el perfume de una rosa vieja.

Yo no diré nada de mi misma

porque no tengo flores perfumadas

que pudieran asi ser historiadas.

El cofre y una urna de mis sueños idos

no se ha de abrir, cesando su letargo,

para mostrarte el contenido amargo.

Todo lo haré buscando tu alegría

y seré para ti tan bondadosa

como el perfume de la vieja rosa.

La invitación esta....sincera y noble.

¿Quieres ser mi poeta buen amigo

y solo tu dolor partir conmigo?

VOY A DORMIR


Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación; la que te guste;

todas son buenas; bájala un poquito.


Déjame sola: oyes romper los brotes...

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido.

OYE

Yo seré a tu lado,

silencio, silencio,

perfume, perfume,

no sabré pensar,

no tendré palabras,

no tendré deseos,

sólo sabré amar.

Cuando el agua caiga monótona y triste

buscaré tu pecho para acurrucar

este peso enorme que llevo en el alma

y no sé explicar.

Te pediré entonces tu lástima, amado,

para que mis ojos se den a llorar silenciosamente,

como el agua cae sobre la ciudad.

Y una noche triste, cuando no me quieras,

secaré los ojos y me iré a bogar

por los mares negros que tiene la muerte,

para nunca más.

Textos: Wikipedia

03 enero, 2007

Hombre preso que mira a su hijo

Mensaje de Amnistía Internacional:
Despedimos un año en que nuestra lucha incansable por los derechos humanos ha logrado importantes avances, como las masivas movilizaciones contra la lapidación y el retroceso de la pena de muerte, el gran apoyo de gobiernos a un tratado que ponga las armas bajo control o haber sacado a la luz escandalosas violaciones de derechos humanos, como los vuelos secretos de la CIA. Todo ello gracias a tu compromiso y apoyo activo a Amnistía Internacional. Sin embargo, mientras lees estas líneas, Nelson (Cuba), Aref (Siria) y Bienvenido (Guinea Ecuatorial), entre otros muchos, son presos de conciencia que pasan sus días encarcelados por sus ideas y olvidados del mundo. Hazles el mejor regalo: un mensaje tuyo será una ventana a la esperanza para el año que comienza.
Después de leer este mensaje, me quede reflexionando en todo el sufrimiento de aquellos que padecen encarcelamiento de manera arbitraria. Pense en los horrores de Guantánamo, en los prisioneros durante la guerra civil española; en nuestros campesinos acusados de terrorismo, durante la década de los 80; en los prisioneros durante la dictadura de Pinochet; en la dictadura militar en Argentina en el 76, y tantos otros... y se me vino a la memoria un poema hermoso, descarnado y terriblemente humano escrito por Mario Benedetti. Lo escuche en la voz de Pablo Milánes, y se quedo para siempre en la memoria... como una herida.
Mario Benedetti nació el 14 de setiembre de 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Fue hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farugia.
Junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, fundó en 1971 el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, una agrupación que pasó a formar parte de la coalición de izquierdas Frente Amplio, desde sus orígenes. Benedetti fue dirigente del movimiento.
En 1973, tras el golpe de estado militar y a la luz de su activo respaldo a la subversión marxista, debe abandonar Uruguay, por lo cual renuncia a su cargo en la Universidad y parte al exilio en Buenos Aires. Recorre Argentina, Perú, Cuba y España. Fueron diez largos años los que vivió alejado de su patria y su esposa, quien tuvo que permanecer en Uruguay cuidando de las madres de ambos.

HOMBRE PRESO QUE MIRA A SU HIJO

Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quién se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas
que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente botija no sabian un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan sólo una palabra aguda
que muerte era tan sólo grave o llana
y cárcel es por suerte una palabra esdrújula
olvidaban poner el acento en el hombre.

La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y éstos sí
cómo nos ensartaron
con la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote de menos.


Por eso es que no puedo despeinarte el jopo,
ni ayudarte con la tabla del nueve,
ni acribillarte a pelotazos
vos sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio.

Y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías,
y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban,
y jugué a la mancha
y era de sangre.

Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides
por eso no te oculto
que me dieron picana
que casi me revientan los riñones

Todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar
que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto olvidó todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa


Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar
una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de verguenza.

Por eso ahora me podés preguntar
y sobre todo puedo yo responder:
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho
de no hacer lo que no quiere.

Llorá nomás botija son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos;
gritamos, berreamos,
moqueamos, chillamos, maldecimos.

Porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.

Llorá...
pero no olvides