12 enero, 2007

El breve instante en que no estas

Los ojos de Jack se perdían en el horizonte, había salido a toda prisa, después de que Ennis se marchara. Ahora apoyado sobre la puerta de la habitación del Motel, se sentía paralizado, cansado, tan cansado que hubiera permanecido allí hasta disolverse en el paisaje.
Ennis siempre se iba de prisa, evitando mirarle, como si tuviera verguenza de encontrarse con sus ojos. Le costaba tanto entenderlo; como entender esa prisa despiadada, si hacía unos instantes se había embriagado hasta el hartazgo de su cuerpo, de sus caricias. Si cada recodo de su ser había descansado en el suyo, amoldándo sus formas a la perfección. Si su boca lo había recorrido palmo a palmo, con ternura, con fiereza.
Y luego ese silencio, esos remordimientos que sabía lo atormentaban en el mismo instante que abandonaba sus brazos. Solo se vestía, tomaba su sombrero y se largaba sin decir una maldita palabra. Hubiera dado cualquier cosa, por escuchar unas palabras de su boca: "Te amo Jack, te necesito, sin tí la vida no es vida". Y él teniendo que morderse los labios, para no decirle nada, porque Ennis también lo condenaba al silencio. Nada de ternezas entre ellos, "Pero si eran dos hombres, que va".
Las lágrimas se deslizaban lentamente por las mejillas de Jack. Regreso al cuarto, no podía apartar los ojos de la cama que habían compartido, se acerco hasta ella y dejo que su mano acariciara suavemente el lugar donde Ennis había descansado. Aún podía sentir el aroma de su cuerpo, la ligera humedad que la impregnaba; se reclino suavemente y cerró los ojos, para que nada pudiera turbar sus pensamientos.



Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad
en la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve instante en que no estas.
Todavía no pregunte ¿te quedaras?,
nadie sabe al día siguiente lo que hará,
rompe todos mis esquemas
no confiesa ni una pena
no me pide nada a cambio de lo que dá.
Suele ser violento y tierno
no habla de uniones eternas,
más se entrega cual si hubiera
solo un día para amar.
No comparte una reunión,
más disfruta la canción
que comprometa sus pensar.
Todavía no pregunte ¿te quedaras?,
temo mucho la respuesta de un :¡ jamás!
lo prefiero compartido
antes que vaciar mi vida,
no es perfecto, más se acerca a lo que yo
simplemente soñe.

Sí, Ennis no era perfecto, pero era todo lo que había ansiado en la vida, y bien valía la pena esperar. Quizá un día, él se diera cuenta de que un amor así, no podía repetirse, y regresara.
Entonces se envolvería en sus brazos, y ya no habría más dudas, ni miedos. Le acercaría los labios al oido y le diría muy bajito: "Jack te amo, y ya nunca me iré de tu lado".
Un sencillo homenaje a Jack y Ennis, y a ese amor que nunca envejecera.
Gracias a otro grande de la música cubana Pablo Milánes.
Está fue una entrada que hice en el mes de octubre del 2006; pero en vista de la cercanía del aniversario del estreno de nuestra Brokeback Mountain, me pareció bueno traerla de nuevo.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no te lo vas a creer pero yo hoy he escrito algo que empezaba igual: El breve espacio que no estás...
Otra cosa va ser leerlo, porque no todo ve la luz.
Un beso Rosa, precioso.

Ana

Anónimo dijo...

...parece que toda la montaña vuelve poco a poco la vista atrás según va llegando el aniversario de nuestro primer encuentro con Ennis y Jack.
Como siempre, lo bordas, Rosita mia, un beso y un abrazo para cuando lo necesites... ya sabes donde está tu ángel, no tengo que decirte más.

Anónimo dijo...

creo que estamos conectados... Hermes escribió algo también acerca de cómo hubiera sido si Ennis le hubiera dicho a Jack que lo amaba...

El aniversario nos trae así, llenos de sentimientos...