27 agosto, 2008

Tiempo al tiempo

Qué delgada línea separa la amistad de el amor, en qué momento se empiezan a confundir estos sentimientos tan similares y a la vez tan distintos; quizá sea cuando nace la necesidad de tocar al otro, cuando esta necesidad se convierte en urgencia ante su proximidad.

Hacía unas semanas que House permanecía en el hospital, casi ningún vestigio físico quedaba del electroschok al que se había sometido, salvo dos pequeñas huellas en la frente como si fueran las quemaduras de un cigarrillo.
Cuddy había permanecido a su lado durante el proceso de recuperación y Cameron tampoco dejaba de ir y venir, escapándose de su siempre atestada sala de urgencias. El resto de su equipo también lo visitaba; aún Foreman, pese a que siempre decía que "no le agradaba", de vez en cuando lo miraba a través de los cristales para ver como seguía. Solo Wilson no se acerco ni una sola vez, salvo aquella ocasión, después de que Amber muriera. Y para House eso era demasiado doloroso. Cada vez que sentía que alguien se acercaba, el corazón se le aceleraba con la esperanza que pudiera ser su querido amigo... pero luego llegaba la decepción, y volvía a repetirse, como para convencerse a sí mismo y volver a la realidad: "él no te va a perdonar, esta vez no te va a perdonar".
Contó uno a uno los días que tuvo que permanecer en cama, su mirada se perdía en las paredes de vidrio, veía ir y venir a pacientes, médicos y enfermeras. Sus delgadas manos se aferraban a las cobijas y lanzaba un suspiro, cuanto detestaba esa inacción, no solo porque no podía moverse a su antojo sino porque le era imposible acercarse al consultorio de Wilson y averiguar algo de él. Sabía por Cuddy que aún se encontraba afectado, algo había cambiado en su manera de ser; se había vuelto taciturno y siempre tenía una expresión de tristeza y cansancio.

Cuando le permitieron caminar por los pasillos, quiso ir a toda prisa a buscarlo, pero se contuvo; cuando lo buscara tenía que estar vestido, ser él mismo, no con aquella absurda bata.

Le había pedido a Cuddy que lo dejara terminar la convalecencia en su apartamento. Cameron lo llevó en su auto, ella lo observaba de rato en rato, deseaba romper de alguna forma el pesado silencio que se levantaba entre los dos, pero algo le decía que era mejor dejar las cosas así. Le preocupaba su mirada, más absorta que de costumbre, era como si estuviera más recogido en sí mismo que antes. Allison temía que aquel procedimiento hubiera afectado en algo su magnifico cerebro.
- Ya llegamos, vamos te ayudo a que te instales.
- No, déjame solo.
- Pero House, todavía no estas bien del todo.
- ¡Déjame solo te digo!
Cerró los ojos sopesando su injusto arranque de rabia, su mano se cerro en la empuñadora del bastón.
- Cameron, voy a estar bien.
La joven sonrió levemente y regreso al auto, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad, pensaba en lo que House le dijo una vez -"tú no amas, tú necesitas"- tal vez tenía razón y ahora que lo veía tan abatido, desprovisto de su habitual sarcasmo, su amor hacía él se acrecentaba. Por qué no podía amar a Chase, todo sería menos complicado, al menos su compañero no era indescifrable.
House busco la llave y abrió la puerta, el apartamento olía a encierro. Su mirada recorrió rápidamente el salón; todo estaba como cuando lo dejo, excepto por una delgada capa de polvo que lo cubría todo. Ya vería cómo limpiaba después, ahora eso carecía de importancia. Se sentó al piano y sus dedos empezaron a danzar sobre el teclado, fue arrancando un repertorio de sus piezas favoritas, pero de pronto cerro la tapa con violencia, apoyo la frente entre sus manos y se abandono a su tristeza, ahora nadie lo observaba. Le era insoportable que su amigo lo odiara, ya era bastante miserable, ya había tocado fondo tantas veces, que no sabía si esta vez podría salir de nuevo.
Allí lo encontró la mañana, apoyado sobre el piano, con las mejillas aún húmedas, como si en sueños hubiera seguido llorando. Se levanto apoyandose a duras penas sobre su dolorida pierna y fue a ducharse, ya no aguantaba más esa tortura; si Wilson lo detestaba era mejor saberlo de una buena vez, ya vería la forma de recuperarlo, después de todo era una amistad de muchos años, y no podía desaparecer como si nunca hubiera existido.
Extrañamente no quería llegar en la moto aquel primer día, sabía que Wilson jamás había aprobado que la comprara, así que pidió un taxi y llegó hasta el hospital.
Su equipo lo esperaba con alegría mal disimulaba; Taub, Kutner y Trece se acercaron para recibirlo, pero él paso entre ellos tratando de ser el mismo maleducado de siempre. Siguió caminando rápidamente hacía su oficina.
- Y cómo la han pasado sin mí, espero que no hayan matado muchos pacientes.Por si acaso les digo que yo no me hago responsable si se han portado mal.
- No hemos tenido ningún caso importante, la rutina de siempre.
Trece le puso sobre el escritorio un expediente azul.
- Esto te va a interesar, mujer de 29 años ingreso con hemorragia...
La joven callo al instante, la mirada de House, parecía ver a través de ella, volteo y alcanzo a ver al Dr. Wilson dirigiéndose a su oficina. Todos lo habían visto, y sus miradas cayeron en el rostro de House, y por primera vez vieron nublarse su mirada azul. El médico se puso de pie y se dirigió tras Wilson, de nada le servirían ahora su intelecto, ni su sarcasmo, ni su implacable sinceridad; estaba completamente vulnerable. Era una situación nueva, él podía manejar muchas cosas, excepto los sentimientos.
Casi sin aliento llegó hasta el consultorio de Wilson, toco suavemente la puerta.
- Pasa House. ¿Desde cuándo respetas la privacidad?
- Vengo de ver a los niños, parece que se han dedicado a jugar mientras papá no estaba...
- ¿Qué quieres?, tengo mucho trabajo.

Por un momento no supo que decir, sus ojos buscaron la respuesta en las paredes. Entonces los fijo en los de su amigo y los mantuvo allí.

- Quería saber cómo estabas.
- Bien, ya lo ves.
- Te conozco Wilson, a mi no me mientas.
- Y qué quieres que te diga... qué quieres escuchar. Será mejor que te vayas House, yo no quiero...
- No, no me voy hasta que hablemos.
De pronto Wilson se levantó y se paro frente a su amigo. Su mirada era la misma de aquella vez, House sintió que algo se rompía en su interior, pero aguanto la mirada del otro.
- Maldita sea House, qué quieres ahora. Ya no fue suficiente, por qué tuviste que llamarme aquella noche... por qué no fuiste tú el que murió... sabes... sabes que encontré cuando regrese, después de dejar a Amber sobre esa fría camilla, había una nota bajo la almohada donde me pedía disculpas por no esperarme porque había salido a buscarte. ¡Te odio House, te odio... ella esta muerta por tú culpa!... es qué no puedes vivir en tu miseria sin tener que arrastrar a otros en ella. ¡Vete House, vete!


- La llamada era para ti...¿cómo podía yo saber que ella vendría?, Wilson yo hice todo lo que pude, tú lo sabes...yo iba a morir porque así lo querías.
- Yo solo sé que ella ya no está más conmigo y no puedo soportarlo. Ahora sal de aquí... nada de lo digas puede cambiar lo que sucedió.

House asintió y salió del consultorio de su amigo sintiendo el dolor de su pierna llevado al límite, subió como pudo hasta la terraza del hospital, tal parecía que siempre llegaba a ese lugar a lamentar alguna pérdida. Apoyo la espalda en una de las paredes y se dejo caer hasta al piso, las palabras de Wilson habían sido terribles... demasiado terribles para asimilarlas, dolían cómo jamás pensó que algo podía doler. Casi se arrepintió de haberlo buscado... pero él quería la verdad, siempre la cruda verdad, pues ahora la conocía.

- House... ¿estas bien?

Levanto la mirada y se encontró con los ojos de Cameron, era una mirada preocupada, tierna.

- ¿Cómo me encontraste?
- Bueno... Stacy me dijo que venias aquí siempre que te sentías mal.
- Sí, solo dos personas saben que vengo aquí... ahora lo sabes tú también.
- Es por Wilson ¿verdad?
House callo, desde cuándo se había hecho tan transparente, aunque a esas alturas todos sabían que las relaciones entre él y su mejor amigo estaban pendiendo de un hilo.
La joven lo miraba atentamente, nunca había visto a su antiguo jefe tan agobiado, no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas, ella lo amaba, a su pesar lo amaba; sabía bien que era un amor dañino, que él nunca le correspondería, al menos no de la forma que ella deseaba; pero qué podía hacer, nada, absolutamente nada.
Se acerco levanto con suavidad su barbilla, y lo beso rozando apenas sus labios, House se dejaba hacer sin protestar. Entonces Cameron lo tomo entre sus brazos, como si con la fuerza de su ternura pudiera apaciguar la tormenta que veía en sus azules ojos. Sin darse cuenta bien de lo que hacía él también la estrechó hundiendo la cabeza en su agitado pecho, y dejo que las lágrimas resbalaran por sus mejillas; ya no podía sostener la coraza por más tiempo, tenia que desahogarse con alguien o iba a perder la cordura. Ella pasaba una mano por su desordenado cabello, mientras que con la otra mantenía el abrazo. Lloraba junto con él, y ya no importaba qué sucediera después, en esos instantes ella conocía al verdadero House, en esos breves minutos de alguna forma lo sentía suyo.
- ... Allison, el dolor es insoportable, ayudame a levantarme.
Cameron lo miro sorprendida, nunca antes la había llamado por su nombre.
- Dale tiempo House, debes darle tiempo, Wilson está todavía muy dolido.
- Si hubieras escuchado todo lo que me dijo...
- No creas en todo lo que dice, está molesto con la vida. Tú eres una excusa para desquitarse. No hoy ni mañana, pero él terminará entendiendo que no tuviste la culpa.
- ¿Cuánto tiempo debo esperar?
- El que sea necesario.
Sin decir más la joven le paso una mano por la cintura mientras él se apoyaba en su hombro, así llegaron juntos hasta el estacionamiento.
- Ahora te necesito a ti además de mi bastón, si sigo así pronto necesitare que me lleven entre todos. Aunque Foreman de seguro me dejaba caer adrede, nunca le he gustado.
- Vamos, entra al auto.
El obedeció, no tenía ganas de llevarle la contraria, en realidad no tenía ganas de nada. No tardaron mucho en estar frente al 221 de ...... y subir hasta su departamento, ella entró junto con él y lo acompaño hasta su cama. Cameron seguía clavada a su lado, parecía esperar algo, una palabra, un gesto, y se quedaría allí para siempre; ahora mismo temblaba ligeramente a su contacto, su mano negándose a abandonar la suya. De pronto se encontró con la mirada de House, parecía leer en lo más hondo de sus pensamientos; ella se ruborizo y fingió arreglar sus cobijas para evitar sus ojos.
- No es buena idea Allison, no sería justo para ti. Una noche en la que yo ganaría más que tú y luego, qué te quedaría luego.
- Sí, ya había olvidado que... simplemente no puedes amarme.
Cameron se levantó, la escucho llegar hasta la puerta y luego el golpe seco de esta al cerrarse, después... solo silencio.

Continuara... (viene el cierre de la temporada)

4 comentarios:

Marga dijo...

¿Esto es un capítulo de la serie, o es algo que has escrito tú?

Sea lo que sea, como vengo repitiendo incansablemente, al final me caerá bien y todo el doctorcito.

Carajo Rosa, pero si casi se me ponen los pelos de punta.
Resulta que House tiene alma!!!

Besitos preciosa

Javier dijo...

Podrían contratarte de guionista !!!!!

Arquitecturibe dijo...

Esto luce exactamente como deben lucir los guiones de Dr House... aunque con tu privilegiado toque amiguita.
Mil gracias.... espero sentadito la continuacion!
saludos desde mi lejana galaxia

El César del Coctel dijo...

Mi Rosita, me has conmovido... como no veo TV, es obvio que no se nada sobre el doctorcito... pero como dijo Marga: al final me caerá bien!!!!


Besos