13 de noviembre de 2010
Nuevamente los ensayos, una y otra vez repetimos los mismos pasos. Leroy dice que estoy demasiado rígida, soy Odile y se supone que debo seducir. Le pregunta a mi compañero si honestamente se acostaría conmigo, David solo sonríe algo incómodo.
- ¿Lo ves?, nadie lo haría – Otra vez girando, concentrándome en mis movimientos y tratando de alcanzar esa fluidez que tanto me reclama – repentinamente da la práctica por terminada, pero cuando voy a recoger mis cosas él me detiene.
- No, no, tú te quedas – puedo ver la malicia en los ojos de los dos muchachos – bien Nina, desde el principio.
Comenzamos a danzar, tararea la música, porque hasta el maestro de piano se ha marchado, volvemos a repetir la pieza, sus brazos me envuelven la cintura, yo lo alejo; de nuevo nos unimos… ahora su mano desciende por mi muslo, me vuelve hacía él y me besa con pasión, casi con furia, sus manos son ahora dos ríos ardientes que comprimen mis pechos, bajan por cintura y se centran en lo más íntimo de mi ser. Sigue besándome. De pronto se aparta de mí.
- Ese era yo seduciéndote, cuando debería ser al contrario – me quedo en medio de la sala. Una mezcla de sentimientos me abruma, me siento humillada, inútil, incapaz de lograr lo que Thomas desea de mí a pesar de todos mis esfuerzos.
Me deslizo hasta el suelo, con el rostro inundado de lágrimas, una sombra en la puerta me asusta, es Lily. Me ofrece unos cigarrillos, ella parece no tener disciplina alguna, sin embargo, termino por aceptar uno. Soy una estúpida, pero me sentía tan mal y aparte de mi madre no tenía con quién más hablar y termine contándole lo del incidente con el director. Lily dice que es un cerdo, por muy brillante que sea, igual es un cerdo. Yo le digo que ella no lo conoce, sus hermosos ojos se abren burlones.
- ¿No será que te estas enamorando del profesor? – buscaba consuelo, no que se burlara de mi; la escuche diciéndome que solo había sido una broma. No quería seguir oyendo sus disculpas, tome mis cosas y salí rumbo a casa.
Ansiaba un buen baño caliente, relajar mis músculos, que agradable sensación estar sumergida en el agua. Sentí la necesidad de acariciarme de nuevo, mis manos descendieron hasta aquel íntimo rincón, sentí placer, pero nada comparado con lo de la otra noche. Me sumergí por completo. Unas gotas golpeando la superficie me despertaron de mi letargo, al abrir los ojos, era sangre, estaba viéndome a mi misma a través del agua, pero con eso gesto perverso; me levanté, mire mis dedos, sangraban. Salí de la tina, allí estaban los arañazos otra vez, tome la tijerilla del estante y me recorte aún más las uñas; como un parpadeo percibo en el espejo ese gesto malévolo alterando mis facciones y en un arranque me corto con fiereza, tuve que curarme la herida con unas pequeñas vendas alrededor de ellas.
¿Qué estaba ocurriendo conmigo?, ¿qué significaba todo eso?, ¿acaso todo esto del papel me estaba llevando al límite de la cordura? No lo sé, lo único que me importaba era ejecutar a la perfección al cisne negro… Thomas no cree que lo logre, yo le voy a demostrar que puedo hacerlo.
Por qué no puedo dejarme atrapar por ese lado oscuro, que Odile se apodere por unos instantes de mi. Leroy me hace ejecutarlo una y otra vez, esta siendo más duro que de costumbre… ¡ya no puedo más!
- ¿Hay algo que corregir?- le pregunto agotada.
- Dicen que te exijo demasiado, que debo ser más blando contigo. Quizá te venga bien un descanso. ¿Qué tal un mes?
- Ella no debió decir nada, además no fue eso lo que dije, yo no me queje – se da la vuelta y me deja desolada… Oh, Lily, vas a responderme por esto, confié en ti.
La busco en el camerino general, pocas veces me había sentido tan enojada con alguien. Me enfrenta con ese cinismo que parece su sello; me dice que me veía muy presionada, que solo quería ayudarme. No le creo, no le creo en absoluto.
De vuelta en casa, estoy sentada sobre el suelo con mamá frente a mí. Estamos preparando las zapatillas, mañana es el gran día. Erica esta atormentadote de nuevo. Qué si Thomas ha intentado algo conmigo, que le preocupa que haga alguna tontería y tenga que dejarlo todo. Nunca dejara de echarme en cara todo lo que tuvo que "abandonar" para tenerme… ¿y qué dices de mi madre?, me has absorbido la vida desde que recuerdo, ¿es qué ya no pague lo suficiente mi deuda contigo? Me pregunta por los rasguños en la espalda, le digo que ya estoy bien, pero insiste en verlos, por primera vez sale de mis labios una palabra desconocida para ella… ¡No! Alguien llama a la puerta y rompe la tensión.
- ¿Quién era? – le pregunto – Nadie – me responde.
Por un momento le creo, muy pocas personas nos visitan, pero escucho un murmullo del otro lado; me pongo de pie de inmediato, casi la empujo para alcanzar la puerta, alcanzo a ver a Lily en la puerta del elevador. Trato de conversar con ella, pero Erica no me deja en paz, sigue insistiendo en que debo cenar y dormir temprano, mañana es un día importante.
¡Estoy harta de la disciplina, estoy harta de las reglas!, de ser “la niña buena de mamá”, tomo mi abrigo y me voy con Lily, me ha dicho que quiere invitarme a cenar para compensarme de su indiscreción.
Esta chica me sorprende con su desparpajo, debo confesar que su vulgaridad me incomoda. Es muy intuitiva, me dice que estoy muy tensa, saca una delgada cigarrera plateada y de ella dos pequeñas capsulas
- ¿De veras nunca las has probado?, solo dura un par de horas – me dice, pero no quiero nada, no ahora.
No más prendas rosa, me pongo un malla negra y regreso a buscar a mi compañera, está con dos muchachos, la veo echando el contenido de una de las capsulas en su bebida, pero cuando me ve, me la ofrece.
- ¿Un par de horas? – le digo, aún dudando de tomar o no el vaso.
- Solo dos horas – me asegura ella.
El resto es un remolino del que apenas recuerdo algo. Las luces rojas parpadeando, los cuerpos sudorosos moviéndose a mi alrededor y luego bailando con Tom o Andrew, que mas daba, haciendo el amor desenfrenadamente; apenas reacciono un poco y estoy en el cuarto de baño con un tipo al que nunca he visto en mi vida, me lo saco de encima como puedo y corro a la calle. Lo que fuera que me haya dado Lily es endiabladamente genial. Las dos yacemos en la parte de atrás de un taxi, mi cuerpo y mi mente aún parecen marchar por caminos separados; pero no lo suficiente para no advertir la delgada mano de Lily avanzando traviesa hacía mi pierna , para luego perderse entre ellas con una suave presión. La aparto suavemente.
Llego a casa a hurtadillas, intentando en vano no hacer ruido, pero estamos muy borrachas y reímos como dos tontas. Mi madre aparece repentinamente, como surgida de una pesadilla.
- ¿Dónde has estado?
- Creo que en la luna – le respondo sin dejar de reír.
- Nina, ¿qué has estado haciendo además de beber?
- ¿De veras quieres saber? – y el deseo de atormentarla late con fuerza en mi sienes y se derrama en mis palabras – estuve, con Tom, y luego con Andrew…
Veo su mano avanzar y no alcanzo a esquivar del todo una bofetada. Tomo a mi compañera del brazo y juntas corremos a mi habitación, aseguro la puerta con el pedazo de madera, ella intenta alcanzarme pero no lo logra, la escucho gritar tras la puerta, pero no me interesa.
- ¿Qué te sucede Nina?, ¿dónde está mi niña? – me repite angustiada.
- ¡Ella se fue! – grito sin reconocer mi propia voz. Esta vez no vas a entrar Rebeca, esta vez no.
Estamos a unos pasos de distancia, un deseo extraño, poderoso, casi animal se apodera de mí. Lily me mira provocadora, cedo a mis impulsos, y nos besamos apasionadas, las ropas nos estorban, literalmente nos las arrancamos. Ella se hunde en mi intimidad, y me arrastra en este remolino. No recuerdo haber experimentado antes algo así; el corazón me late desbocado, mis músculos se tensan y no puedo acallar mis gritos. Se detiene un momento para observarme… ¡Veo mi propio rostro!, trato de apartarme, pero de nuevo es Lily, me besa con dulzura, y desciende suavemente. La sensación de placer es tan fuerte que me parece estar fuera de todo lo que tiene sentido; de nuevo me veo a mí misma, y esta vez con una almohada entre las manos, como queriendo asfixiarme… luego todo desparece…
Despierto, miro el reloj, hace mucho que debería estar en la compañía. Me visto a toda prisa. Mi madre esta sentada, siempre de negro, en ocasiones me parece que se difuminara en la oscuridad. No me dice una sola palabra.
Cuando llego, veo algo que me deja abrumada, Lily esta frente a todos ensayando ¡mi escena!, ¡mi cisne negro!, todos aplauden cuando termina. Veo el rostro de aprobación de Leroy. Me alisto para hacer mi acto, sigo sin convencerlo, capto una fugaz mirada entre ellos. Al terminar ella se acerca como si nada, me pide que no hable de más.
- Tú echaste algo a mi bebida – le digo reprimiendo mi rabia.
- Si – me responde sin una sombra de culpa.
- Dijiste que solo duraría unas horas, luego te fuiste en la mañana, dormiste conmigo – empieza a burlarse de lo que le digo. Me mira como si estuviera hablando cosas sin sentido.
Nos están midiendo para hacer los arreglos a los trajes, de pronto aparece Lily… ¿por qué está ella aquí? Mientras la escucho hablar con la costurera, me observo al espejo… allí estoy, es como si me hubiera desdoblado, lo que observo no es la realidad, en su reflejo me veo rasguñandome. No, esto es una pesadilla absurda.
Increpo a Lil, me dice que Thomas la ha nombrado mi suplente… eso no puede ser cierto… ¡no ella!, ¡no ella por Dios! Corro en busca de Leroy, él no puede hacerme esto. Me dice que no me preocupe, que solo tengo que dar lo mejor de mi y no tendré que preocuparme por nada, además es normal que siempre se cuente con una suplente.
Increpo a Lil, me dice que Thomas la ha nombrado mi suplente… eso no puede ser cierto… ¡no ella!, ¡no ella por Dios! Corro en busca de Leroy, él no puede hacerme esto. Me dice que no me preocupe, que solo tengo que dar lo mejor de mi y no tendré que preocuparme por nada, además es normal que siempre se cuente con una suplente.
Todos se han marchado, pero yo continuo practicando, debo ser perfecta. Me parece estar rozando con los dedos ese lado sombrio, cada vez me siento más cerca de Odile. De pronto el pianista se detiene, me dice que esta cansado, que continuaremos mañana. ¡Mañana, no existe mañana para mi!, si no lo logro, mi oportunidad se habrá ido para siempre. Otra vez se repite ese fenómeno del espejo, es como si una parte de mi estuviera del otro lado; una parte perversa, lujuriosa, terrible. Las luces se apagan repentinamente. Mi miedo se convierte en pánico, grito que aún estoy allí, pero nadie parece escucharme, veo una sombra atravesar fugaz, la sigo. No puede ser; son Lily y Thomas revolcándose, ella me mira con una sonrisa de triunfo.
Estoy tan turbada, me dirijo a toda prisa a mi camerino, el que antes era de Beth, tomo las pequeñas cosas que le había robado y me dirijo al hospital. Ella está sentada en una silla de ruedas; doblada, ajada, como una vieja muñeca. Me acerco en silencio y una a una voy depositando sus cosas; sus aretes, un adorno plateado, un perfume, su labial y finalmente una delgada lima de uñas, la creía dormida, pero de pronto reacciona y toma mi muñeca con fuerza.
- ¿Que haces aquí? – su mirada es amarga y triste – ¿me robaste?
- Yo quería ser perfecta como tú – toma la delgada hoja en una de sus manos.
- Yo no soy perfecta, ¡yo no soy nada, nada!, ¡nada! – aterrada la veo tomar la hoja y hundírsela en el rostro, trato de arrancársela de las manos. Su rostro se convierte en el mío. Estoy volviendo loca… ¡Oh Dios, estoy perdiendo la razón!
Llego al ascensor, mis manos están cubiertas de sangre, ¿soy yo quién ha lastimado a Beth?, no lo sé, no lo sé.
Al llegar a casa me limpio las manos en el lavabo de la cocina como un criminal que borra sus huellas… en un hueco oscuro me parece ver a Beth de pie mirándome desafiante. Escucho unos gritos, busco a mi madre, pero no la hallo, entro a su habitación. Las figuras que suele pintar parecen haber cobrado vida, se mueven dentro de las hojas lanzando alaridos plagados de angustia, me cubro los oídos y lanzo un grito de horror. En el pasillo me espera Beth, pero cuando se acerca no es ella, es mi madre, trata de detenerme, pero yo la empujo y corro a mi habitación. Algo esta sucediendo en mí, algo que no alcanzo a explicar, algo lóbrego y devastador está apoderándose de mí. Siento que esto podría destruirme, pero ya no hay punto de retorno.
En qué me he transformado, casi he fracturado la mano de Erica para evitar que entre a mi dormitorio. Oh, el dolor en mi espalda es cada vez más agudo, me descubro. Me miro al espejo, el blanco de mis ojos ha adquirido una tonalidad roja, mi piel está cubierta por unos puntos negros que empiezan a emerger, cuando crecen lo suficiente, arranco uno de ellos… ¡es una pluma negra! Mis rodillas se curvan en un ángulo inverosímil. No puedo mantener el equilibrio…no recuerdo nada más.
Cuando despierto está mi madre a mi lado acariciando mi frente, me miro las manos, tengo unas medias rosa a manera de mitones.
- Te estuviste arañando toda la noche – me dice – Eso no me interesa, busco el reloj por todos lados.
- ¿Dónde esta mi reloj? – le pregunto furiosa mientras arrojo los cobertores a un lado.
- Ya llame a la compañía, les dije que no te sentías bien – su respuesta me enfurece aún más, mis ojos van hacía la puerta.
- ¿Dónde has escondido la perilla?, ¡Déjame abrir la puerta, hoy es mi presentación! – le grito, mientras busco con la mirada por toda la habitación; al fin la encuentro, está sentada sobre esta, no me interesa nada, nada, le retuerzo la mano lastimada hasta que se ve obligada a levantarse, la tomo e intento abrir la puerta. Ella se aferra a uno de mis pies, pero consigo deshacerme de su agarre.
- ¿Dónde has escondido la perilla?, ¡Déjame abrir la puerta, hoy es mi presentación! – le grito, mientras busco con la mirada por toda la habitación; al fin la encuentro, está sentada sobre esta, no me interesa nada, nada, le retuerzo la mano lastimada hasta que se ve obligada a levantarse, la tomo e intento abrir la puerta. Ella se aferra a uno de mis pies, pero consigo deshacerme de su agarre.
- ¡No estas bien Nina, esto te está destruyendo, no puedes con esto! – me grita sollozando.
- Eres tú la que no pudiste, yo soy “La reina Cisne”
Atravieso los pasillos a toda prisa, las miradas caen una tras otra sobre mí hasta que llego a mi camerino. Lily esta junto a Thomas, luce enojada. “No me esperabas maldita zorra, ¿verdad que no?” Leroy entra conmigo.
- Me dijeron que estabas enferma
- Estoy aquí, yo haré el papel – le respondo mientras comienzo a maquillarme, el color blanco cubre poco a poco mi rostro.
- Ya le dije a Lily que lo hiciera – me responde incómodo.
- ¿Ya la anunciaste?, yo lo haré ¿o acaso quieres otra discusión? – veo dibujarse una sonrisa sutil en su rostro, no esperaba esa respuesta de la dulce Nina.
El teatro está repleto, mi primer acto es magnifico. De pronto veo a Lily deslizando su mano por la entrepierna del muchacho que representa a mi amado príncipe en la obra. “Me traicionas en la realidad y en la ficción, Lily, eres perversa y sucia”.
Estoy completamente desconcentrada, vuelvo a escena, mientras David me sostiene en alto no acierto a continuar, el muchacho termina cediendo a mi peso y me deja caer. ¡Esto es el fin!, ¡El fin!... a pesar de todo continuo, mientras las lágrimas me inundan las mejillas. Trato de excusarme con Thomas, pero esta demasiado enfadado. Debo cambiarme para hacer el papel de cisne negro, regreso a mi camerino. Lily está allí sentada frente al espejo terminándose de maquillar con el vestido negro ya puesto.
- Que comienzo tan humillante, es mejor que lo haga por ti, ahora es mi turno.
La lanzo contra el espejo, y cae al suelo, seguimos luchando, ella me toma del cuello…me esta sofocando, de pronto este parece alargarse como el de un cisne. Tomo un trozo de cristal y se lo hundo en el estómago.
- ¡Es mi turno, mi turno! – le grito, la sangre mana de su boca. Despierto como de una pesadilla, recién soy conciente de lo que acabo de hacer, pero no hay tiempo, acaban de hacer la primera llamada. Tomo a Lily por los pies y la arrastro hasta el baño. Debo darme prisa.
Estoy en el escenario, siento la música recorrer mis entrañas, es como alcanzar el éxtasis, ya no soy Nina, soy Odile, y estoy para seducir a mi príncipe. Poco a poco mis hombros, mi cuerpo se va cubriendo de negras plumas; al final dos inmensas alas, oscuras y hermosas ocupan el lugar que antes eran mis brazos y manos. ¡Es un éxito!, el público me aplaude de pie. Vuelvo al escenario para interpretar el resto de mi papel. Corro hacía Thomas y lo beso apasionada. He logrado lo que tanto ansiaba, he encontrado mi lado oscuro.
Regreso al camerino, tengo miedo de encontrarme con el cadáver de Lily, pronto alguien lo descubrirá y qué será de mi entonces. Empiezo a cambiarme para interpretar nuevamente al cisne blanco, este es el final de la obra y el principio de mi gloria. Miro la toalla que debería estar empapada en sangre, pero esta limpia, ni una gota empaña su inmaculado tono rosa. Abro la puerta del baño… ¡No hay nadie allí, nadie! Alguien llama…retrocedo espantada, es Lily… apenas puedo entender lo que me dice, ella no puede estar viva… ¡No puede!
Mis ojos bajan lentamente hasta mi estomago, una gran mancha de sangre se va extendiendo sobre mi blanco traje, con los dedos extraigo un pedazo de vidrio. Yo misma he acabado con la inocente y virginal Odette, yo soy su asesina. No puedo dejar de llorar, pero el maquillaje se lleva mis lágrimas como cada minuto que me queda de vida.
Salgo al escenario, es el acto final. Sigfrido a jurado su amor a la mujer equivocada, y Odette esta condenada al hechizo para siempre, desesperada solo piensa en terminar con su vida.
Pero antes de lanzarme al vacío, miro al príncipe, al hechicero, al público…todo el público es mi madre. Yazco sobre mi espalda, a lo lejos como en un sueño escucho los aplausos y los vítores. Siento la sangre tibia abandonado mi cuerpo. Veo el rostro de Thomas inclinado sobre mí.
- ¿Escuchas Nina, son para ti?, ¡sabía que tenías el don! – Lily se da cuenta de la sangre que ahora es ya un charco, Leroy pide ayuda - ¿Qué hiciste, qué hiciste? – me grita desesperado.
- Solo quería ser perfecta. He sido perfecta.
Banda Sonora: Clint Mansell