10 marzo, 2011

El diario de Nina Sayers III



12 de noviembre de 2009

Erica había comprado un delicioso pastel rosa, con una bailarina en el centro para celebrar la ocasión, cortó un trozo y me lo ofreció sonriente. No quería lastimarla, pero era imposible comerme todo eso. A punto de restringirme la comida, mi estomago se había reducido al tamaño de una nuez. La vi abrir el bote de basura para arrojar en este el hermoso pastel, así que acepte dar una lamida a la crema que tenía en su dedo y comer un pedazo pequeño.
Hoy debo asistir a mi gran presentación, Thomas dice que debo estar lista para los lobos. Me he puesto un vestido largo y blanco, con algunos toques plateados en el corsé, es muy hermoso, mamá me acompaño a elegirlo. Mi peinado es un moño sencillo y mi maquillaje ligeramente recargado, a mi se me antoja que voy muy maquillada, debe ser por la costumbre de prescindir completamente de el. Leroy me da una copa y me toma la mano libre para subir por una gran escalera, el lugar está repleto de gente envuelta en elegantes vestidos y caros trajes. Me siento tan fuera de lugar, yo no pertenezco a este círculo de personas adineradas, ¿hasta qué punto amarán realmente la danza? me pregunto, o solo es otro “evento social ineludible”. Thomas me pide que sonría porque habrá muchas fotos y luego lo observó dirigirse al público. Se refiere a Beth y al último papel que representará, de pronto ella se aleja en mitad del discurso evidentemente trastornada. Luego me presenta como su sucesora… me siento realmente mal por ella. Dios, uno de mis dedos esta sangrando ligeramente, que extraño, no recuerdo haberme lastimado, me distraigo un poco con esto, pero Thomas me vuelve a la realidad están brindando por mi, vaya, no veo los destellos de las cámaras por ningún lado; solo escucho una risa y al fijar mi vista en quien la emite, allí esta de nuevo la misteriosa joven, parece tan desinhibida.
Mi dedo sigue sangrando, me encierro en el baño, una delgada tira de piel cuelga de una mis uñas, me miro al espejo y por un segundo me parece ver un gesto malvado en mi rostro. Alguien me apresura tocando la puerta, sin darme cuenta he tirado de la piel y ahora una parte de mi dedo esta en carne viva. Vuelven a insistir llamando a la puerta; agobiada vuelvo a observarlo bajo el chorro de agua… ¡no hay herida alguna!, ¿qué me sucede?, debe ser la presión del momento, sí, sí, es la presión. Me apresuro a abrir, es la desconocida, se presenta conmigo, me dice que se llama Lily. Lo que hace después me desconcierta, se despoja sin más de su ropa interior y la guarda en su bolso con un suspiro de alivio; se sienta sobre el lavabo y me pide que le haga compañía un rato, le sonrió y salgo de inmediato de la habitación, no sé qué de inquietante hay en ella.
Esta no era una buena noche, ni terminaría siéndolo tampoco. Estaba distraída, concentrada en una de las estatuas cuando Beth se acerco a mi, lucía terrible, sus ojos parecían dos cuencas oscuras por el maquillaje arruinado, además estaba completamente ebria. Iba a descargar toda su ira de un solo golpe.
-         Me había dicho que eras tan virginal. ¿Qué hiciste para obtener el papel?, ¿se lo chupaste?, solo eres una pequeña puta. - Retrocedí amedrentada, aquella furia, aquella vulgaridad eran espantosas de ver y escuchar.
-         ¿Es necesario todo esto? – le dije casi entre lágrimas.
Por suerte llego Thomas a rescatarme, se llevo a Beth a un costado, tratando de consolarla, llamándola su “pequeña princesa”, luego se dirigió hacia mi y me tomo del brazo, todavía podía escuchar sus gritos: “Disfrútalo Nina, disfrútalo mientas puedas”, esas palabras parecían una sentencia.
Leroy me sugirió que fuéramos a su apartamento y yo acepte. ¿Por qué estaba aceptando la invitación de “el director”?, ¿por qué estaba haciendo algo que sabía estaba mal?, cualquiera que nos hubiera visto juntos pensaría con razón que fue así como obtuve el papel. ¿Qué estaba haciendo?
Apenas llegamos se encargo de aclarar las cosas, no podía haber nada entre nosotros, yo asentí aliviada. Sin embargo empezó a hacerme preguntas íntimas, no entendía a qué venía todo aquello. Qué si tenía novio, qué si habían sido muchos, incluso quería saber si era virgen. Respondí incómoda a todas sus preguntas, luego me lanzo algo que hizo que la respiración se me entrecortara, me sugirió que fuera a casa y me masturbara, ¿aquel hombre realmente me estaba pidiendo que hiciera eso? Luego me dijo que el portero me acompañaría y se volvió como si yo ya no formara parte del espacio en que se movía. ¿Erica, por qué no puedes dormirte sin esperar por mi, por qué no lo haces alguna vez? Se levanto apenas me escucho llegar, y como siempre, pese a mis negativas, me ayudo a desvestir. Los arañazos en mi espalda le inundaron los ojos, me halo del brazo hasta el baño para recortarme las uñas. Estaba casi desnuda frente a mi madre tratando de cubrirme a duras penas mientras ella tiraba de mi mano con la pequeña tijera en la suya.
Llego el día, que bien me sentía entre los tibios cobertores, entonces vino a mi mente aquello que me había dicho Thomas, ya no recordaba cuándo fue la última vez que estuve con un chico, menos aún el tiempo que había pasado desde que me brinde algo de placer a mi misma. Sentía deseos de hacerlo, quería hacerlo; mi mano descendió suavemente desde mis pechos hasta mi cintura para perderse dentro de mi ropa interior y luego mis dedos buscaron ansiosos ese lugar, ese punto que podía hacerme vibrar. Me revolví buscando la postura correcta, un ligero temblor se desplegaba por todo el cuerpo, mi respiración se agitaba y empezaba a gemir suavemente; de pronto mire a un lado, ¡mi madre estaba allí!, se había quedado dormida sobre un sillón, me cubrí avergonzada, unos instantes más, solo unos instantes más y me hubiera sorprendido.
Me lance a toda prisa rumbo a la estación, el estreno sería pronto y tenía que practicar. Lily ya estaba allí riendo y danzando despreocupada, coqueteando con los muchachos; los cabellos sueltos, agitándose a cada giro. Se me antojaba como una ninfa extraviada de algún bosque sin nombre. El director se puso a mi lado, él también la observaba.
-         Mírala, solo se deja llevar, sin reglas, ella no finge – sus palabras resonaron en mis oídos, sentía como si me hubiera abofeteado.
Empecé con los ensayos, de pronto todo se interrumpió, una espantosa noticia se esparció por todos lados, Beth había tenido un accidente, estaba internada en el hospital y al parecer bastante mal. Necesitaba respirar, tome mi abrigo y salí a la calle, me senté al borde de una fuente y rompí a llorar, yo tenía la culpa de todo eso, era yo quien le había arrebatado el papel. No me di cuenta en qué momento Thomas llego a mi lado, me levanto el rostro y lo tomo entre sus manos.
-         ¿Qué sucedió? – le pregunte angustiada.
-         Estaba caminando por la calle y un auto la atropello, quiero que entiendas que esto no es tú culpa, no debes permitir que nada te desconcentre. No me extrañaría que lo hubiera hecho a propósito. Además Beth siempre tuvo un lado oscuro. Ese lado que no queremos ver y que a veces puede destruirnos.
Pero eso no era suficiente para mí, compre unas flores y fui a visitarla al hospital. Estaba tan demacrada y pálida, cubierta por una delgada sábana; levante un poco el borde y pude ver sobre su pierna derecha una especie de armazón metálico, aquello me horrorizo, sin embargo, seguí descubriéndola, su pantorrilla estaba cubierta de espantosas cicatrices. Retrocedí intentando ahogar un grito, me tope con una enfermera, no me detuve a darle explicaciones, solo corría, ella jamás volvería a bailar, jamás.
Volví a dormir mal, las cicatrices de Elizabeth me atormentaban. Me desperté muy cansada, tome una ducha y saque la basura, mis ojos se toparon con unas maderas que alguien había abandonado, cogí una de ellas y me la lleve a mi habitación… calzaba perfectamente. Al fin tendré algo de intimidad, ella no podrá abrir la puerta cuando le venga en gana, ahora podía detenerla. 




“Madre, yo te amo, pero puedes ser desesperante, ¿no te das cuenta que tu amor me asfixia?”

2 comentarios:

Kendarte dijo...

Adoro la narrativa! la interpretacion del personaje es muy fiel ala pelicula

Anónimo dijo...

Hola Rosita... estoy por acá de nuevo... esta aprte se me hace exquisita, porque están muy marcados los personajes y logras hacer una trama... ya la historia no es tan evidente como al inicio en que la niña buena es buena... aquí lo interesante es que quizás Nina se hace humana y eso ya no está bien para muchos...
... gracias por llamarme el día de hoy

Abrazos

Julio César