10 diciembre, 2008

Lo que Vogle tenía que decir

Jackman, Clare y yo acompañamos a Franz hasta su casa. Estaba mucho mejor y en mi opinión profesional en dos días podía volver a sus actividades. Aconsejarle que lo hiciera con cautela, era algo que sabía bien no escucharía.
- Franz, mañana volveremos a interrogar a Vogle, ¿te sientes con fuerzas para ir?
- Yo me siento bien, pero aquí mis amigos no me dejan mover.
- Todo depende de Tom, solo si él lo aprueba te permitiré estar en el interrogatorio.
- Ya me encargo yo de convencerlo.
Por unos instantes me pareció ver un brillo malicioso en su mirada, pero luego deseche esa idea de mi mente.
Al día siguiente Greene se encontraba tan bien que no puse ningún obstáculo en que fuera hasta la Delegación para intervenir en el interrogatorio de Vogle.
Cuando llegamos, Jackman nos condujo hasta el hombre que nos daría los datos necesarios para cerrar el caso. Era un sujeto de notable apariencia, alto y fornido, los cabellos rubios muy claros le caían en mechones por la espalda. Dos ojos oscuros de mirada penetrante se clavaron en nosotros cuando entramos. Junto a él estaba un hombre de traje y corbata, era el abogado encargado de su caso.
- Capitán Jackman debo decirle que esto es completamente irregular, el señor Greene no tiene autorización alguna para interrogar a mi cliente; tampoco se justifica la presencia de la otra persona que lo acompaña. Haré constar está irregularidad en el juicio - y dirigiéndose a su defendido le dijo - señor Vogle, tiene el derecho de pedir que estas personas se retiren.
- ¿No es ya tiempo de aliviar su consciencia señor Vogle? Sé que usted no cometió los crímenes, sin embargo sabía de ellos. Pero fue usted quien asesino a su hermano - Greene le hablaba con el mismo tono que usaba con los niños y las mujeres.
- ¡No tiene que responder a eso señor Vogle! Recuerde que todo lo que diga puede ser usado en su contra. La señorita Gadner está presente, tenga cuidado con sus palabras.
Cuando menciono aquel nombre Franz y yo miramos a la ventana, allí estaba ella.
- Que más da, usted... ¿cuál es su nombre? - dijo Vogle en un tono sombrío.
- Greene.
- Sí Greene, usted ha dicho toda la verdad. Yo mate a ese demonio que era mi hermano y debían darme las gracias en vez de apresarme.
- Señor Vogle, si cada quién tomará la justicia en sus manos, ya no habría límite alguno. Las leyes no tendrían razón de ser, y nos mataríamos unos a otros. Sería el imperio del caos.
- Me agrada usted Greene.
- Bien, entonces díganos toda la verdad, tal vez exista en ella atenuantes que reduzcan su pena - Franz parecía hablar con simpatía, pero en sus ojos brillaba una chispa de repugnancia.
Vogle se acomodo en la silla, puso las manos esposadas sobre la mesa y empezó su relato.

"Desde pequeños Robert mostró sus inclinaciones al mal, yo creo que el abuelo tuvo mucho que ver en eso; era un borracho, un hombre perverso. Siempre acudían a él cuando había que darle una lección a alguien o quitarlo de en medio, se ufanaba de la brutalidad de sus métodos. A mi me asqueaba todo eso pero a Robert parecía fascinarle, empezó martirizando a los pobres animales que caían en sus manos; siempre que podía yo trataba de salvarlos pero a menudo ya era tarde. Apenas aprendió a leer y escribir dejo la escuela y estoy seguro que todos allí se sintieron felices de librarse de su presencia. Se dedico a leer libros extraños, todo en ellos era muerte y sangre. Un día me dijo que unas voces le habían advertido que debía beber sangre, o de lo contrario moriría en poco tiempo; decía que estas voces lo torturaban día y noche. No sabía bien lo que tenía, pero sin duda estaba volviéndose loco.
Un día descubrí varios cadáveres de perros con el cuello desgarrado, entonces supe que mi hermano empezaba a llevar a cabo lo que me había dicho. Pero la primera vez que encontré un pequeño, se trataba de un niño de la calle, me apresure a salir de casa para denunciarlo, pero me dijo con una mirada terrible - si tú dices algo matare a nuestra madre y no habrá parte de ella que puedas reconocer - entonces callé hasta el día de hoy. Las muertes de esos niños pesarán para siempre sobre mi consciencia como si yo mismo los hubiera asesinado"

- Fue usted quien compareció en el primer juicio, ¿verdad? - le dijo Franz
- Sí, fui yo.
- Por eso el ADN mostraba leves diferencias. Y mientras él cometía sus atrocidades, usted trabajaba en el aserradero a vista de todos. Por eso era imposible culpar a su hermano. Por supuesto que usted no contaría con muchas simpatías en la zona, porque si bien no se había probado nada, usted seguía siendo sospechoso. ¿Y las botas?
- Hacía que se las diera, si la policía le seguía el rastro llegarían a mi y no a él.
- ¿Alguna vez estuvo presente en los crímenes, o vio el arma homicida?
- ¡Jamás señor Greene!, no lo hubiera soportado.
- Pero si soporto que siguiera matando niños con la complicidad de su silencio.
- Ya le dije que era por mi madre.
- Podía haber acudido a la policía, pedir protección para ambos - de dijo Franz con rudeza - ¿Y en cuánto a la muerte de su hermano?
- Había soportado demasiado, ¿hasta cuándo seguiría matando? Cada noche era un martirio, no podía dormir pensando si ya habría raptado otro niño y en esos momentos estaría desangrándolo, quitándole la vida lentamente. Yo conocía dónde se refugiaba, así que me aparecí por allí; el pareció sorprenderse un poco "quería conocer este lugar, y esa arma que has ideado" le dije, él pareció dudar, me miro un buen rato, pero yo seguía manteniendo una expresión tranquila "siempre has odiado todo esto, por qué ahora te interesa" me respondió, yo le di una palmada en la espalda y le dije con todo el entusiasmo que me fue posible "la inteligencia es algo que admiro y tú la tienes" sabía que su punto débil eran los elogios. Así que no dudo más y me llevó hasta el sótano, allí me mostró orgulloso todo lo que había ideado, pero cuando vi las bolsas repletas de sangre y aquel infernal aparato sentí revolvérseme el estómago y llenarme de furia. Subimos, porque dijo que necesitaba algo de su estudio, entonces aproveche para tomar un gran cuchillo de la cocina, cuando regreso lo ataque una y otra vez hasta matarlo; luego baje de nuevo, y cogí las bolsas de sangre las desgarre con el cuchillo y se las arroje encima mientras le gritaba "bebe, bébela ahora maldito monstruo" Había visto como abrió el agujero aquel, volví a cerrarlo y salí corriendo de allí.
- El cuchillo, ¿qué hizo con el cuchillo?
- Lo arroje entre unos arbustos, cerca de allí.
- ¿Y nadie escuchó los gritos, nadie lo vio salir?
- Ese lugar está casi deshabitado, las casa están vacías, por eso mi hermano escogió ese lugar.
La tranquilidad con que Vogle relato su crimen nos hizo pensar que la semilla de maldad estaba en ambos, quizá se había desarrollado en uno más que en otro; pero nadie sabía que oscuros brotes aparecerían en Charles Vogle tarde o temprano y me sentí aliviado sabiendo que probablemente nunca saldría de prisión.
- Hace bien en sentir el peso de esas muertes en su consciencia y ojala este le acompañe por el resto de su vida - Greene se había acercado hasta susurrarle con ferocidad estas palabras en el oído.
Franz toco suavemente el hombro de Jackman para que saliera con nosotros. Una gran fatiga física y nerviosa le hizo buscar el alivio del aire en la calle.
- El hermano era un esquizofrénico... hay detalles que pase por alto, si los hubiera notado a tiempo...
- Franz, haz hecho más de lo que ninguno de nosotros hubiera podido, no soy tan mezquino como para no admitirlo, deja ya de martirizarte. El juicio será pronto.
- No quisiera volver a ver ese rostro frente a mí.
- Pero es muy probable que te llamen como testigo.
Greene agacho la cabeza resignado. Me volvió a entregar las llaves del auto, y se hundió en el asiento, con sus grises ojos perdidos en en horizonte.
Encontramos a nuestra amiga en la casa, siempre que estaba ella, parecía que un viento fresco y perfumado arrastrará todo lo malo. Franz se abrazó a ella como un chiquillo y Clare lo llevó hasta su dormitorio.
- Debe dormir, ha sido demasiado para él - me dijo con voz muy queda.
Clare se fue a la cocina, quería preparar algo especial. Y yo fui a la biblioteca a leer un rato, pero me era imposible concentrarme en nada, todo lo que había experimentado en aquellos días me bastaban para una vida. Estaba perdido en mis pensamientos y no me había percatado del tiempo transcurrido, la voz de Franz me saco de mi letargo.
- Bien, no creas que he olvidado que teníamos una conversación pendiente. ¿Qué fue lo que hablaste con Stella que te molesto tanto?
No pensé que abordaría el asunto tan pronto, no me había dado tiempo para pensar cómo iba a planteárselo. Ya había decidido decirle la verdad, y no me quedaba sino mantenerme en mi decisión.
- Prométeme que vas a estar tranquilo, no quiero tener que volver al hospital contigo medio muerto.
- Es difícil prometer algo así, pero tratare de hacer lo que me pides.
- Al parecer Stella piensa que de alguna forma yo me estoy interponiendo entre ustedes, lo que es absurdo, porque hasta donde sé entre tú y ella no hay nada. Parece que le molesta la intimidad con la que llevamos nuestra amistad. Franz, esto es difícil de decir... pero ella me ha insinuado que estoy tratando de pervertirte.
Yo había esperado cualquier reacción en Greene, que se indignara, que me abrazará y dijera que nada le importaba y que todo estaba bien entre nosotros. Pero lo que dijo me resulto tan doloroso que tuve que sentarme para no caer al piso.
- Me temía que esto pudiera suceder, ¡es esta cercanía nuestra! Si ella ha hecho esos comentarios es porque ya hay rumores en la Delegación, y si Jackman no me ha dicho nada es solo por discreción. No quiero que nadie tenga nada que decir de... nosotros. Tú tienes una reputación tan buena como la mía y está no se gana en un día, pero se puede perder en un minuto. Ya no me parece buena la idea de que vengas a vivir aquí - debió haber advertido las lágrimas que inútilmente trataba de contener, y siguió hablando en un tono más suave - Por supuesto seguiremos trabajando juntos, pero de una forma más abierta, para que nadie tenga nada que murmurar.

"Esta luz que anestesia el remordimiento, renace el deseo...Si pudiese me daba un homenaje. Por matar el miedo soy capaz…Capaz de cualquier delito"

- Y lo que dijiste, los besos, las caricias... ¿todo lo olvidaras por tus prejuicios? Franz, yo no puedo seguir trabajando a tu lado como si nada hubiera ocurrido, ya ha sido bastante duro el tenerte cerca todo este tiempo sintiendo lo que siento...
- Tom, ya te dije lo que pienso - sus ojos de plata hablaban un lenguaje distinto al de su boca; ellos me decían que no me fuera, que me necesitaba, que me amaba.
- ¡Franz tu me amas!
- ¡Ya deja de decir eso!
Me acerque a él y lo tomé entre mis brazos, me olvide de sus palabras, de que podía rechazarme. Si ya nunca iba a volver a tocarlo, quería llevarme impregnado en mí su aroma, el calor de su piel, el sabor de su boca. No me rechazó, por el contrario, me estrecho entre sus brazos y me beso con ternura, de nuevo nuestras manos buscaron febriles el contacto con nuestra piel. Nos besamos hasta perder el aliento, luego él me tomo el rostro, y apoyó su frente en la mía. Vi rodar lágrimas por sus mejillas y cerrar los ojos como si un dolor muy grande lo embargara.
- Es cierto, yo te amo, yo te amo... pero hay cosas que no pueden ser.
Clare salio de la cocina, todo ese tiempo nos habíamos olvidado de ella. Greene enrojeció temiendo que hubiera visto toda aquella escena. Siempre había conocido el lado dulce y amable de la señora Taylor, era la primera vez que escuchaba esa severidad en sus palabras.
- Franz, ¿piensas que estas haciendo lo correcto? Siempre sentí hacía ti un gran cariño y respeto. Tus virtudes eran tan grandes que tus defectos pasaban desapercibidos, pero jamás supe que la hipocresía se hallaba entre ellos. Tu relación con Tom funciona muy bien detrás de las puertas, pero si de enfrentar las habladurías se trata, entonces lo echas de tu vida.
- Clare, por favor...
- No diré nada más Franz, pero estas cometiendo un error.
Salió de la casa dando un portazo.
- Me quedare hasta que termine el juicio, luego me marcharé - le dije con firmeza, aunque por dentro me estaba desmoronando.
- ¿Dónde iras? - me dijo Franz con la voz quebrada.
- ¡Que importa donde vaya!, solo quiero estar lejos de todo esto, lejos de ti.
El juicio se llevó a cabo una semana después, durante todo ese tiempo no vi ni hable con Greene. Volví a verlo el día del juicio, estaba más delgado y ojeroso, se había sentado al lado de Raúl como se lo había prometido. Vogle fue condenado a cadena perpetua, el hombre no se inmutó cuando escucho la sentencia, pero cuando paso frente a Franz lo miró de una manera extraña; me parecía ver gratitud es sus ojos, si aquello era posible.
Hojeaba una revista en el aeropuerto mientras esperaba para abordar mi avión, solo me acompañaban Clare y Jackman, a nadie más le había avisado de mi viaje. Ellos habían ido un instante a comprarme algo de última hora. Levanté la vista y me pareció divisar un abrigo gris entre la gente, era Franz. Se acercó a mí, sus ojos brillaban.
- Ya te vas
- Si, mi vuelo está por salir.
- No me recuerdes con resentimiento, Tommy.
- Nunca podría recordarte así.
Me extendió la mano y yo la tomé entre la mía y como aquella vez nuestros dedos se fueron acariciando hasta separarse. Franz se dio la vuelta y yo me quede de pie mirando como se alejaba y quise morir en ese instante.

"Confusión y desaliento. Un cansancio infinito…Un cansancio infinito…Vértigo. Vértigo. Me dolía mirar…Me dolía mirar"

Versos: Alberto García Alix (gracias a la estupenda entrada de Pe-jota)
Penúltimo Capítulo

7 comentarios:

Marga dijo...

Necesito un médico, mi corazón está a punto de romperse y si eso sucede será imposible de recomponer.

¿Es que no lo hará caso a Clare?

Vamos que ya has resuelto el asesinato de una forma magistral Rosa, pero nos destrozas el alma bua, bua, bua, bua y mil veces buaaaaa, jajajaja.

Yo le temo al último capítulo, si señora, avísame antes que me tomaré unos cuantos tranquilizantes, jijijiji.

(preciosos versos)

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Tendré que encomendarme a todos los santos habidos y por haber para que esto se solucione????????????

Besitos preciosa

Oz Vega dijo...

Heyyyyyyyyyyyy que llevo dos entregas atrazadas y el tiempo justo!!!
me debo llevar el impreso... no tengo mas que unos segundo para enviarte un besototototote.
ya te comentarre con mas calma.

Dalia dijo...

ohhhhhhh :'(

AnCris dijo...

Pero es el penúltimo capítulo... así que seguiré al pie del cañón, esperando que después de todo haya un amanecer.
Porque siempre hay un amanecer ¿verdad Rosi?

Un beso grande y mil veces más FELICITACIONES... esta es tu mejor historia Rosi... la mejor.

un-angel dijo...

Jesus...me has dejado fulminado...aun me queda un "epilogo" por delante, pero no me esperaba que un hombre tan duro y tan por encima de las convenciones sociales como Greene fuese a desarmarse ante el miedo de perder su reputación por vivir sus sentimientos con libertad...
Ay de mi, no se si me atreveré con el epílogo...
Venga, sí...
Un beso, guapa

El César del Coctel dijo...

Mi Rosa de Fuego, te saludo de nuevo...

Logras llevar al lectir de un lado para otro, de la acción, a la repulsión por los siniestros hermanos, y luego a la ternura, a la tristeza y a lo último me arrancas las lágrimas.

Es obvio que lo escrito, escrito está... más para mí que llego tan tarde a leer; pero ¿sabes?, tengo temor de leer el epílogo... no se con qué me encontraré y no quiero que Tommy se marche... solo quiero un arbazo profundo y un beso eterno.

Bueno, seguié adelante... seré valiente y leeré el final

Abrazos

Anónimo dijo...

¬¬' mmm... Cha!!! por que las palabras me retumban tanto en mis oidos???

Cha!!! quizas si, quizas no... hay cosas que a la mejor no puedan ser... solo el tiempo se encargara de decir lo que es verdad o lo que es mentira...