03 enero, 2009

Reencuentros

Habíamos avanzado unos kilómetros cuando Franz freno de improviso y se orillo a un lado del camino; seguía tan pálido y silencioso que empecé a preocuparme por él.
- Tom, allí en la guantera, busca una pequeña botella de wisky, creo que ambos la necesitamos.Bebió un largo trago y luego me alcanzó la botella. Yo también bebí un buen trago, las manos no dejaban de temblarme.
- Es imposible, tiene que poder explicarse de una manera lógica.
-¡Lógica!, Franz tienes que admitir que esto va más allá de toda explicación. Y ahora... después de lo que has visto con tus propios ojos empiezas a creer, ¿no es así?
Se quedo en silencio mirando la botella medio vacía.
- Sí Tom, ahora creo.
Aquella noche dormimos mal, yo me negué a apagar las luces. A cada instante me despertaba, en mis sueños aquellos ojos rojos me perseguían. Pesadillas en las que veía al enorme lobo correr tras mis pasos y por más esfuerzos que hacía me era imposible huir, hasta que saltaba sobre mí y sus colmillos se hundían en mi garganta. Cuando desperté mire a Franz, su frente estaba perlada de sudor y se agitaba entre sueños.
- ¡Franz! - lo desperté sacudiéndolo por un hombro. Su mirada estaba perdida, como si aún estuviera dormido, pero en ella estaba estampado el miedo. Lo abrace fuertemente y él pareció despertar del todo, se aferró a mi con la misma fuerza, lo bese dulcemente.
- Te había prometido algo - me dijo sonriendo levemente.
- Olvida eso, solo quédate así. No sabes cuanto deseo que amanezca.
- Yo también Tom, yo también.
Cuando las primeras luces llenaron la habitación, eleve una oración como lo hacía cuando era un niño. Muchos decimos no creer en Dios, hasta que el infortunio, la cercanía de la muerte o el miedo rigen nuestro destino. Nunca antes había experimentado aquella sensación de dicha al abrir las ventanas y ver el sol barrer todas las sombras. Mire a mi amado todavía dormido, cuánto me complacía observarlo mientras dormía. Acaricie su rostro y le bese la frente, entonces abrió sus ojos, aquellos sus ojos de plata. Sonrió y me dio un beso.
- ¿Siempre me miras así cuando duermo?
- ¡Eres terrible!
- Solo un poquito... ¿Sabes quién viene a pasar unos meses?
- No tengo la menor idea.
- Raúl, ¿lo recuerdas?
- Claro que sí, siempre estas en contacto con él. ¿Y cómo hará con sus investigaciones?
- Las cosas le van bien, sus ayudantes pueden ocuparse de todo. Hace mucho que deseaba venir a ver a sus padres.
Mientras me hablaba lo veía buscar en el armario su ropa deportiva. Era extraño, pero ambos evitábamos hablar de nuestra experiencia de la noche anterior. Cuando estuvo vestido y mientras se colocaba su i-pod, se volvió hacía mí.
- ¿Vienes Tom?, creo que nos hará bien un poco de ejercicio.
- No, ve tú, me quedare haciendo el desayuno.
Cuando regreso estaba sudoroso y extenuado, pero a pesar de ello lo sentía sosegado. Me arrepentí de no haberlo acompañado. Se ducho rápidamente y luego se sentó conmigo a desayunar.
- Tom, debemos contarle lo sucedido anoche a Jackman. No dudara de nada de lo que le digamos, ayer ya estaba bastante predispuesto a creer que este era un caso extraordinario. Nos pasaremos por la Delegación antes del mediodía, el vuelo de Raúl llega a las tres de la tarde.
Cuando vimos a Jackman nos impresiono su aspecto, era el de una persona que no había dormido en absoluto. La palidez de su rostro hacía resaltar las grandes ojeras bajo sus ojos. La cafetera estaba vacía, debían ser muchas las tazas que había bebido durante la noche. Nunca había visto al capitán tan alterado.
- Perdonen que no les ofrezca un café, pero como ven me lo he bebido todo casi sin darme cuenta.
- Amigo mío, será mejor que duerma un poco - le dijo Franz visiblemente preocupado.
- No puedo, no puedo. ¿Dime, qué averiguaste ayer?
Greene le contó todo lo ocurrido, conforme mi compañero avanzaba en su relato veía al capitán palidecer cada vez más. Me acerque a él, estaba a punto de sufrir un colapso nervioso.
- Franz, aflójale la ropa y acuéstalo boca arriba, con las piernas flexionadas y las manos sobre el pecho, procura que inspire profundamente por la nariz. Voy al auto por mi maletín.
Cuando regrese parecía ligeramente mejor, le aplique una dosis baja de ativan y lo acomodamos lo mejor que pudimos. Tardo un buen rato en reaccionar, estaba todavía algo atontado por el medicamento.
- Capitán, es mejor que vaya a su casa a descansar, Franz y yo lo acompañaremos. Por favor, no se exponga a que las cosas empeoren, por el momento no podemos hacer mucho.
- Y dejar que ese ser, sea lo que sea, siga con su horrenda actividad, el que mate a alguien es solo cuestión de tiempo.
Pocas veces había visto a mi amigo dar muestras de ternura, salvó con Clare y conmigo. Pero ahora entendía cuanto apreciaba a Jackman, le tomó una de las manos y la sostuvo entre las suyas.
- Por favor, hágale caso a Tom, tómese unos días. Así provenga del mismo infierno no cejaremos hasta acabar con él, le doy mi palabra.
- Sí, si, debo descansar o no podré continuar con ustedes - nos dijo en un tono cansado, pero luego sus facciones adquirieron un rictus de angustia - pero hay algo que iba a decirte, tengo el testimonio de tres personas que vieron al lobo.
Franz se llevó una mano al rostro y murmuró algo inteligible.
Cuando dejamos al capitán en su casa eran poco más de las dos de la tarde. Llegamos con el tiempo justo para alcanzar el vuelo en que llegaba Raúl. Sus padres lo aguardaban impacientes, Franz parecía conocerlos bien y se acercó a ellos para saludarlos.
Nada quedaba de aquel chiquillo de mal vivir; ahora se había convertido en un joven sumamente atractivo de mirada inteligente. Saludo gentilmente a algunos colegas que habían acudido a recibirlo con la actitud de quien se siente satisfecho de sus logros, pero sin asomo de soberbia. Pero en cuanto diviso a sus padres corrió hacía ellos. Franz y yo los observábamos sonrientes. Cuando finalmente se separó de ellos sus ojos comenzaron a buscar entre la gente, sin duda buscaba a mi amigo, lo observo con una gran sonrisa y luego lo estrecho con excesiva familiaridad para mi gusto, Franz se deshizo del abrazo un poco incómodo.
- Raúl ¿te acuerdas de Tom?
El joven me miro apenas y me dio un apretón de manos, toda su atención estaba concentrada en Greene.
- No has cambiado nada Franz.
- Claro que he cambiado, estoy más viejo... y no sé si más sabio.
- Ahora voy con mis padres, pero qué te parece si nos reunimos en la noche, tengo tantas cosas que contarte... es decir, que contarles a ambos claro.
- Raúl, tenemos un caso muy importante ahora, quizá más adelante.
- Comprendo, recuerda que solo me quedare un par de meses, así que espero que no tardes mucho en llamarme.
Se despidió de nosotros y volvió a estrechar a Greene. Empecé a desear que los dos meses pasaran lo más pronto posible.
- Que efusivo está nuestro amigo. Ya veo que han hablado mucho por el MSN.
- Solo está agradecido, me ve como a un padre.
- Pues a de ser una relación algo incestuosa, esa no era una mirada de hijo. ¿Y en algunas de sus conversaciones le mencionaste algo sobre nuestra relación?
- Solo hablamos de su trabajo, por qué iba yo a contarle mis intimidades. Será mejor que nos vayamos de aquí - me tomo de un brazo y casi me arrastro cerca del auto - Tom, te voy a decir algo... tú sabes bien que nunca existió antes de ti otro hombre en mi vida, ni existirá. Contigo me sentí como si volviera a la adolescencia; volví a experimentar ese pudor, esa mezcla de ansias y temor que se siente la primera vez. Tú me enseñaste placeres hasta entonces desconocidos para mí. Con tu ternura borraste todo el horror de mi pasado. Ya sé que no te lo digo muy a menudo... ¡ pero yo te amo, te amo, te amo!
Y por primera vez se olvido que estábamos en plena calle, a la vista de todas las gentes que pasaban por ahí y me beso con esa pasión arrebatada que solo reservaba para la soledad de nuestra habitación.
El camino a la casa se nos hizo eterno, el deseo nos devoraba a los dos. Apenas la puerta se cerró tras nosotros, empecé a besarlo con furia y a forcejear para despojarlo de sus ropas, pero él me detuvo.
- Así no Tom, así no, ámame como aquella vez...
Y lo ame con dulzura, derribando poco a poco cada muro, hasta olvidarme de todo lo que no fueran sus labios, su cuerpo sudoroso bajo el mío, y su corazón latiendo desbocado.
- Siénteme Tom, ¿puedes dudar ahora de mi amor?
- ¡Nunca, nunca! - y bese sus ojos de plata.
Ya anochecía cuando despertamos. Que lejanos me parecían los temores de la noche pasada, mis celos absurdos de aquella tarde. Pocas veces se puede encontrar esa persona que es el complemento perfecto, un anhelo que de pronto se hace realidad. Yo había encontrado a Franz y la vida entera no me bastaría para dar gracias por ello. Se sentó y me miró largamente, se mordía ligeramente los labios, yo conocía aquel gesto, siempre era la señal de que lo que me diría no iba a ser de mi agrado.
- Mañana visitaremos la casa Madison de nuevo.
Sentí que las piernas flaqueaban, detestaba volver a ese lugar de mal augurio.
- ¡Por nada del mundo!
- Iré solo entonces.
- Estas muy equivocado si piensas que te dejare ir solo.
- ¡Ese es mi Tommy!
- ¿Sabes que estuve haciendo cuando me encerré ayer en el estudio?
- No lo sé, salvo llenarlo todo de humo.
- Estuve leyendo de principio a fin la novela de Stoker, subrayando los detalles que me parecían más importantes. Mientras la leía recordé las declaraciones de los jóvenes. El vampiro de Stoker no se reflejaba en los espejos ni proyectaba sombra alguna. Sin embargo no todo son coincidencias; Drácula mataba a sus víctimas y sentía placer en atormentarlas, nuestro vampiro no ha matado a nadie hasta ahora. Además hay un pasaje, durante la estancia de Harker en el castillo, habla de la repugnancia que sintió en un momento en que el conde se inclino hacía él, pero ya ves que nuestros entrevistados hablan por el contrario de un aroma agradable. Según tengo leído, nada debemos temer mientras el sol brille. Revisaremos cada rincón de la casa. Pero antes debemos llamar al capitán Jackman, me preocupa mucho su estado. Creo que necesitaremos a Raúl, es su calidad de biólogo puede prestarnos mucha ayuda. Todo esto es imposible de explicar, que relaciona a ese ser con los personajes de la novela, Dios, todo esto es tan absurdo,¿ desde cuando los personajes de ficción cobran vida?
Se quedo mirando el sol radiante que entraba por la ventana, sumido en sus pensamientos. Yo esperaba con ansias ver esos destellos en sus ojos que me indicaban que por fin había encontrado el hilo que lo conduciría por este intrincado laberinto. Pero seguían apagados, ausentes, hasta que la luz se encendió en ellos.
- Cecil Forrester!
- ¿Quién es ese?
- Oh, es un hombre que conocí hace algunos años, tiene una librería en las afueras de Cavendich, siempre que necesitaba un libro poco común acudía a él. Estoy seguro que debe tener mucho material sobre vampirismo. Tú ve a buscar a Raúl - me extendió una tarjeta con sus datos - yo iré a ver a Forrester. Nos encontraremos a la una aquí, veré si nuestro bibliotecario accede a venir, es un hombre poco sociable, pero dotado de una memoria extraordinaria y de amplios conocimientos. Marche a la casa de Raúl, no eran muchas las simpatías que sentía por aquel muchacho, pero sabía que nada debía temer, al menos de parte de Franz. Me recibió con amabilidad y accedió gustoso a ir conmigo. Durante el camino tuve que escuchar los continuos elogios que le hacía a Greene, lo tenía en un pedestal.
A la una estábamos todos reunidos en casa de de Franz, Jackman había insistido en estar presente, yo aprobé su deseo, juzgue que mantenerlo al margen de nuestra reunión solo alteraría más sus nervios.
Forrester resultó ser un hombre de elevada estatura y muy delgado, con anteojos de gruesas lunas; tras ellos dos ojos azules e inteligentes nos observaban a unos y otros. Llevaba bajo uno de sus brazos varios tomos que dejo sobre la mesa del estudio. Franz hizo las presentaciones del caso y narró los extraños acontecimientos que venían ocurriendo en la ciudad; Raúl sonrió incrédulo, pero en la frente de Forrester se dibujaron hondas arrugas de preocupación.
- Raúl, yo como tú creí que todo esto era un disparate... sin embargo yo he visto a ese hombre transformarse en lobo y huir por la ventana, Tom también lo vio. El capitán tiene el testimonio de otros testigos que también vieron al animal. He traído a mi amigo el señor Cecil Forrester, estoy seguro que él podrá echar un poco de luz en todo esto.
El hombre comenzó a ordenar sus viejos textos, sus delgadas manos manipulaban entre sus hojas buscando los pasajes que podrían sernos útiles. Por fin nos miró a cada uno y empezó a hablar.
- Stoker no fue el único que escribió sobre vampirismo, ya lo habían hecho antes Goethe en la "La novia de Corintio", "Vampirismo" de Hoffman, "El Vampiro" de Polidori, "El Viy" de Gogol, "la muerte amorosa" de Gautier; entre otras, incluso el mismo Stoker escribió otra novela sobre el mismo tema "La dama del sudario".
Quizá no todos sepan que Stoker se inspiro en el príncipe Vlad Tapes para crear su personaje, que luchó por instalarse en el trono de Valaquia. Era conocido por su crueldad extrema y recibió el apelativo de "Vlad el empalador", por la terrible forma en que castigaba a sus enemigos, además cuentan que sentía placer en presenciar las ejecuciones y algunos afirman que bebía la sangre de sus prisioneros. El nombre de Drácula lo heredó de su padre Vlad Dracul. Cuyo significado era al principio dragón, pero con el tiempo se fue convirtiendo en el de "diablo" o "demonio".
Todos escuchábamos con atención las palabras de Cecil, y de nuevo nos encontrábamos en la encrucijada de antes... ¿dónde termina la verdad y empieza el mito? Franz, fue el primero en tomar la palabra.
- Y esto de ahora Cecil, cómo explicas la existencia de este joven vampiro, ¿de dónde proviene?.
- No lo sé Franz, jamás antes tuve que enfrentar seres salidos de un libro. Sin embargo he analizado una y otra vez la obra de Stoker, he hecho mil conjeturas. Si nos estamos moviendo dentro de las páginas de un libro, pues debemos formar parte de ellas. Drácula fue destruido por Van Helsing y sus compañeros, Mina Harker queda embarazada al poco tiempo, al final el autor habla de un hijo...
Raúl saltó de su asiento, arrojando sobre la mesa el libro que había tenido entre sus manos
- Usted esta loco, pretende decir que el hijo de esa tal Mina está entre nosotros, por Dios, dentro de poco tendremos a Dorian Gray, Heathclif, D'artagñan o Edmond Dantes caminando por las calles.
- Piense lo que quiera señor...
- Raúl Thomas.
Franz miro con un brillo encolerizado al incrédulo joven.
- ¡Ya basta Raúl!, puedo entender tus razones, pero yo he visto. No los he reunido para perder el tiempo discutiendo, la vida de muchas personas esta en peligro, estamos aquí para detener a ese ser.
Raúl miro a Franz con desconcierto; parecía debatirse entre su mente regida por la ciencia y las palabras del hombre que tanto admiraba.
- ¿Por qué me trajiste aquí Franz, qué papel juego yo en todo esto?
- El de científico, nada más te pido.
- Te das cuenta de lo absurdo de lo que dices, me pides que use la ciencia para algo que es imposible explicar por ella.
- Siempre quedan evidencias físicas, y eso es lo que vamos a buscar a la casona de Madison.
- No sé en qué locura me estas metiendo pero confió en ti como lo hice hace muchos años y nunca me defraudaste. Cuenta pues conmigo.
- Y conmigo - dijo el desaliñado Forrester.
- Por supuesto que estoy a tú lado - dije acercándome a Greene.
- No me olviden, también cuenten conmigo - nos dijo desde el sillón donde estaba recostado Jackman.
Franz tomó varios textos de la novela de Stoker y la distribuyo entre cada uno de nosotros.
Léanlo cuantas veces sea necesario, este será desde ahora en adelante nuestro compañero.

5 comentarios:

Marga dijo...

Esta es mi Rosi!!!!!!!!!

Aunque este Raúl me toca un poco las naricitas, mira que como se ponga entremedio lo muerdo yo, hala.

Madre mía, las 2:17 de la madrugada y yo más despierta que un vampiro, jopetasssss.

Me voy a la camita con mis cruces, mis ristras de ajos, unas estacas, nunca se sabe...

Rosa esto está de fábula, realmente genial.

Besitos preciosa flor

El César del Coctel dijo...

Rosita, es genial, cada vez me gusta más esta aventura y sé que traerás más y más sorpresas.

Sé que te debo un correo electrónico... pronto retomaré y te responderé...

Por ahora me deleito con la historia y nuestros bien amados personajes... y a Raulito, pues me cae bien, pero que no se entrometa en cosas diferentes al caso... porque como dice Marga "lo muerdo".... jajajaja

Besotes y abrazos... y cuídate de las mordidas

Dalia dijo...

oh este cuento cada vez está más emocionante!!!

grandioso mi Rosa!

Arquitecturibe dijo...

Ehhhh
debo llevarmelo impreso porque no tengo tiempo ahora de leer...ademas me espera una enorme fila en un banco, asi que mejor llevo municiones para soportarla....
besitos desde mi lejana galaxia
pd. Oz está preparando algo especial para ti tan pronto termine de entregar el Horoscopo

un-angel dijo...

Bueno bueno bueno, es una historia de vampiros en la mejor tradición de Dracula, ya se está constituyendo el grupo de cazadores, tenemos un vampiro que muerde pero no mata, tenemos ese triangulo peculiar que ha venido a formar Raul...yum, yum, que bueeeenooooo...
Un beso grande...