17 diciembre, 2006

En navidad, ángeles invaden la ciudad



Quiero ser un instrumento de Paz, para que:

Donde haya odio.... ponga yo amor
donde haya ofensa.... perdón
donde haya discordia... unión
donde haya error... verdad
donde haya duda... fe
donde haya desesperación... esperanza
donde haya tienieblas... luz
donde haya tristeza... alegría
Que no busque tanto:
ser consolado... como consolar
ser comprendido... como comprender
ser amado... como amar
PORQUE:
Dando... se recibe
olvidándose... se encuentra
perdonando... se alcanza el perdón
Francisco de Asís
Quise compartir con ustedes una de las más hermosas oraciones que he tenido oportunidad de leer. Sin importar si son creyentes o no, porque está es un canto a la PAZ, y a todo lo que siempre debe estar presente cada día de nuestras vidas.
Perdonen, pero a veces me gana el corazón, y sobretodo en estos días, donde todo el barullo nos hace olvidar lo que es más importante: compartir con los que amamos un instante y dejar de lado las compras, los adornos, el pensar qué vamos a preparar de cenar.
Sentemonos un instante, pensemos en el amigo que está necesitando una llamada, en el hermano que desea ser perdonado; en la persona que cuida nuestro jardín, en el sereno que cuida nuestra cuadra; en el pequeño hijo de la vendedora, que no tendra nada en sus manos, en el enfermo que nadie visita, en el preso del que nadie se acuerda, en el pequeño que se detiene a limpiarte el parabrisas, en el mendigo que alarga su mano temblorosa hacía tí... amigos míos, la navidad es esto. Detenerse un instante a pensar en los demás.
No quisiera hacer demasiada extensa mi entrada; pero probablemente está semana va a ser una locura para mí también, y quizá está sea la única cosa que os escriba en la semana.
Quiero decirles que nunca se sientan abatidos, porque les voy a contar un secreto... los ángeles existen, yo los he conocido. Oh, no piensen que he visto ningún ser de rubios cabellos y alas blancas y enormes. No, les hablo de esos ángeles silenciosos que pasan a nuestro lado sin darnos cuenta y nos dejan el perfume de su bondad.
Mi primera experiencia con ellos fue hace algunos años. Yo abandonaba un trabajo, porque me veía obligada a ello, sabía que aunque me doliera era lo mejor para mí. Estaba deshecha, recuerdo que lloraba sin cesar mientras esperaba el autobús; mucha gente pasaba a mí lado, me miraban y seguian su camino; de pronto un joven se acerco a mí y pregunto con ternura, con un interes sincero: - ¿señorita, se siente ud. bien?. Le mire a los ojos sorprendida y había en ellos tanta dulzura, negue con la cabeza y musite que estaba bien. Nunca he podido olvidar a aquel muchacho, y este dónde este, espero que Dios le recompense siempre aquel gesto.
Y la última vez fue hace poco, cuando mi madre se puso mal. Tres amigas me ayudaron a llevarla al hospital; una de ellas es bombero voluntario, trajo la unidad hasta la casa y no se movió de mi lado hasta que estuvo segura de que estaba bien instalada; las otras dos se encargaron de los trámites de admisión, porque yo no tenía cabeza para nada, se quedaron a mi lado todo el día, hasta la tarde que volvímos a casa. Y luego estuvo mi prima, me acompaño... hasta el final. Yo me iba todas las noches a ver a mi madre, pero en la mañanita ya estaba ella de nuevo a mi lado. Y finalmente dos ángeles que tomaron la forma humana de médicos residentes; con cuanta delicadeza me hablaron, con cuanta paciencia contestaron mis preguntas, entendieron mi angustia; y al final, con cuanto... con cuanto cuidado me dieron la noticia, sus manos cálidas estrecharon la mía, sus rostros también estaban tristes. Y hasta el final; mucho más alla de sus obligaciones, robando horas a su descanso, me ayudaron con los trámites para el retiro del cuerpo. Debo buscarlos antes de que este año acabe, a mis ángeles.
Y luego ustedes aquí, también fueron mis ángeles, me han hecho sonreír, reflexionar, llorar, admirar, aprender... me han dado más cosas de las que puedan imaginar.
Y quiero agradecer a un ángel en especial, alguíen que me hace sonreír todas las mañanas, que me hace sentir que soy importante, que encuentra un espacio para mí en medio de todas sus obligaciones familiares y laborales, que me envía un gesto de ternura, que me ha hecho tratar de ser una mejor persona; porque nadie cambia de la noche a la mañana, pero estoy en el intento.
Siempre que la tristeza quiere quedarse a mi lado, recuerdo su voz alegre, su sonrisa bondadosa, escucho la música que a él también le gusta y que comparte conmigo. Entonces siento que la vida es más llevadera.
Mis queridos amigos, miren a vuestro alrededor, por ahí ha de andar su ángel, estoy segura. Pero también les pido que se miren al espejo...¿Ven?, ustedes también tienen alas, salgan a sembrar una sonrisa, a alegrar un corazón, porque siempre nos podemos dar un tiempo para alzar vuelo, siempre.
Y aquí siempre estará su amiga, no tengo alas... aún no las merezco. Pero aquí estoy, para cuando se sientan tristes, cuando se sientan alegres, cuando quieran compartir un secreto, cuando alguna duda les angustie. Aquí estoy, mi correo y mi corazón, siempre estan abiertos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de entrar y de leer la oración de S.Francisco(preciosa donde las haya) y adivina.. qué encontré??
Un ángel: TU

Mar del Norte

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Qué te voy a hablar de "ángeles"? Nop, no puedo porque... ya lo sabés ¿verdad? Me engancho a hablar de "uno" y no la termino más... ja ja ja!!!
Pero si, he tenido esas experiencias, personas a las que querés volver a encontrar y no aparecen aún si vas a la misma hora y al mismo lugar... es maravilloso.
Besitos Amiga! y ¿qué es eso de que no tenés alas? De ángel o de hada, de libélula o mariposas... todos volamos por aquí, aún cuando aerodinámicamente no fuera posible, como el bendito abejorro de Mary Kay, ja ja ja!!!
A volar Rosa y a llenar el aire de sonrisas!!!

pon dijo...

Yo subí a una montaña y encontré montones de ángeles, sin alas ni rizos rubios, con lágrimas de amor, mágicos seres capaces de hacerte sentir el calor de unos brazos a miles de kilómetros, capaces de entenderte sin verte la cara, capaces de hacerte sentir amistad y compañía desde tan lejos....
Ángeles que me trajeron otros ángeles en forma de pastores de la montaña Brokeback.

Da Vinci dijo...

Yo también los veo, los noto, se que están cerca aunque estén a miles de kilómetros. Recuerda: Los amigos son ángeles que nos recuerdan como volar cuando nuestras alas lo han olvidado.
Un beso y muy Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

amiga, que conmovedora tu descripción de lo que es un ángel.

Creo que todos hemos consegido alguno pero lo olvidamos con el pasar del tiempo.

Afortunada tu que los recuerdas y les agradeces aún la ayuda sincera que te dieron, besos y ya sabes, conmigo también cuentas siempre.

Anónimo dijo...

Esas alas que has tomado prestadas en alguna ocasión ya llevan tu nombre escrito. ¿Cómo que no mereces alas?
Un abrazo, un beso y mis mejores deseos Rosita.

longanizas de chillan dijo...

increile tu pagina realmente hermosa, es verdad ke estamos rodeadas de angeles lo maraqvilloso es reconocerlos, un abrazo de chile.