23 noviembre, 2006

Baudelaire: poemas escogidos

LOS FAROS



Rubens, río de olvido, jardín de la molicie,
Cojín de carne fresca en que nunca amaremos
Mas donde fluye vida y sin cesar se agita
Como el aire en los cielos y la mar en la mar;

Leonardo da Vinci, profundisímo espejo
Donde hechiceros ángeles, con ligera sonrisa
Cargada de misterio, se insinúan en la sombra
De pinos y glaciares que enmarcan su país;

Rembrant, triste hospital poblado de murmullos
Tan sólo decorado por un crucifíjo inmenso,
Donde el lloroso rezo sube de la basura
Y al que un rayo infernal de súbito atraviesa.

Miguel Ángel, espacio donde se ve a los Hércules
con los Cristos mezclados, y rígidos alzarse
Poderosos fantasmas, que durante el crepúsculo
Desgarran los sudarios engarfiando sus dedos;

Impudicia de faunos, rabia de boxeadores,
Tú que supiste hallar la gracia de los pillos,
Corazón orgulloso, débil hombre pajizo,
Puget, emperador triste de los forzados;

Watteau, ese carnaval donde tantos ilustres
Como las mariposas vagan resplandecientes,
Ligeros decorados que alumbran las bujías
Volcando la locura a esa girante danza.

Goya, atroz pesadilla de las cosas irreales,
De fetos que se cuecen durante el aquelarre,
De viejas al espejo y chiquillas desnudas
Ajustando sus medias para tentar al diablo;

Delacroix, rojo lago lleno de ángeles pérfidos,
Al que da sombra un bosque de pinos siempre verdes;
Insólitas fanfarrias bajo un cielo pesado
Pasan, como un suspiro sofocado de Weber;

Esas blasfemias, llantos, esas imprecaciones,
Esos éxtasis, gritos, Te Deums, maldiciones,
Son un eco devuelto por laberintos mil;
¡Para los corazones un opio de otros mundos!

Una voz que repiten miles de centinelas,
Una orden que trasmiten miles de voceadores,
Un faro iluminado sobre mil ciudadelas,
¡Un grito de monteros perdidos en el bosque!

Porque en Verdad, Señor, el mejor testimonio
Que podemos mostrar de nuestra dignidad
Es este ardiente grito rodando en las edades
¡Que va a morir al borde de nuestra eternidad!

Las Flores de Mal

Charles Baudelaire, Paris 1821-1867



2 comentarios:

Dalia dijo...

cada genio tuvo su pedazo

Da Vinci dijo...

La pintura, la música, la literatura...
Todas las obras de arte en papel, en tela, en las ondas del aire o en piedra nos ennoblecen si el autor nos hace temblar de emoción ante ellas.

Gracias Rosa.