23 junio, 2007

En el aula

Mi dulce Tesalia, quiere que cuente alguna anécdota... mmmm, que lo gracioso no es mi fuerte, pero allí van un par de cosillas que me ocurrieron cuando estudiaba, ojalá les dibuje por lo menos una sonrisa.

Era la clase de Psicología del Trabajo, formaba parte de la curricula de la carrera de Contabilidad, bueno, para variar, aquí su amiga andaba encandilada con el profesor. Y allí me tenían siendo la más entusiasta y la número uno de la clase. En uno de los trabajos de campo, tuvimos que hacer unas entrevistas en algunos colegios del estado y luego hacer las respectivas evaluaciones y conclusiones. Todo lo grabamos en una cinta, que serviría de soporte para la exposición. El día que tuvimos que enfrentar a la clase... ya bastante soñolienta después de escuchar cerca de siete u ocho grupos. Pues que a mí no se me ocurrió mejor forma de abrir el tema que poniendo como fondo la Quinta Sinfonía de Beethoven, que como todos sabemos tiene un inicio inesperado, son esas cuatro notas que denominan "la llamada del destino". Bueno, decir que desperté a la clase de su letargo, es poco... hasta hice saltar de su asiento a mi querido profesor. De allí en adelante, tuvimos al público cautivado.
Obtuvimos una excelente calificación, y mientras fui alumna de Manuel (que así se llamaba el profesor), siempre me sonreía. No era lo que esperaba, pero al final... no pase desapercibida.

Y bueno la segunda anécdota, otra vez una clase, esta vez era un curso libre de Finanzas; mi compañero y yo habíamos trabajado en varios cuadros... en estos las cifras iniciales y los textos se mantenían iguales, solamente variaban los de las últimas filas. Así que tuvimos la... cómo podría llamarle... bueno la absurda idea (para no trabajar tanto) de dejar como "master" el cuadro inicial y solamente agregar tiras de papel con las cifras que variaban al final, poniéndolas una sobre otra; con la finalidad de moverlas conforme avanzábamos en nuestra exposición. Mientras yo hablaba y el movía las tiras de papel...ya empezaba a apretar los labios para evitar sonreír; pero cuando yo tuve que ir sacando las dichosas tiras, y ver como se amontonaban como serpentinas en el suelo. Pues ya, que la soberana risa tomo su reino por completo... Dios, que vergüenza, no podía parar de reír; me parecía tan ridícula aquella situación, y el pobre de mi amigo que me miraba con brillo asesino en los ojos. Al final, pude contenerme... los profesores me miraban extrañados...atribuyendo mi risa a algún acceso de "locura temporal" o a que había sido traicionada por los "nervios". Al final, aprobamos el curso y me reconcilie con mi compañero... pero eso sí, nunca más quiso volver a trabajar conmigo. ¿Por qué habrá sido, me pregunto?

Y en vista de que no hay más peticiones cierro este ciclo, agradeciéndoles de todo corazón por sus ideas y sus comentarios. Me han hecho remover recuerdos, no siempre tan alegres; buscar información de aquí, de allá y de todas partes, como dice mi Dalia y echar a andar la imaginación. Espero haber cumplido con sus expectativas y gracias de nuevo.

6 comentarios:

Dalia dijo...

jajaja me gustaron ambas, una porque rompiste el esquema de aburridas presentaciones y en la otra pues porque realmente era absurdo lo de los papelitos, de seguro yo tambien me hubiera orinado de la risa en plena exposición (o los hubiera roto del susto quitándolos pues odio exponer)

Gracias por las anécdotas Rosa.

Arquitecturibe dijo...

Insisto... la favorita fue la que escribiste para mi... aunque la sinfonia 5 también me encanta....
un beso enorme y una excelente labor cumplida!
felicitaciones desde mi lejana galaxia

devezencuando dijo...

La de cosas que pasan en la aulas, ja, ja, ja!!!

Muy ocurrente lo de Beethoven, je, je, je...

La de los papelitos, bueno...¡Ni qué decir!!

Espero que este ciclo se cierre temporalmente.

Muchas gracias Rosita =)

Tesalia dijo...

Ja ja ja… Amiga, estas anécdotas que nos cuentas están buenísimas. También me encantó esa parte donde con extrema sutileza despiertas a todo el mundo con Beethoven. En cuanto a las miradas de extrañeza por tu incontenible risa, pues también las he sentido muchísimas veces; y es que a uno se le ocurren ideas realmente geniales, lo malo es que a veces no resultan… ji ji ji
Gracias Rosita por complacerme; y por compartir vivencias, recuerdos, sentimientos y conocimientos que nos han permitido contemplar el hermoso ser humano que eres. Esto ha sido estupendo: es un reto que has superado ampliamente.
Afectuosos saludos a todos. Besos y abrazos a motón mi querida amiga,
Tesalia

pon dijo...

Bueno, hacedora de encargos, cumpliste como buena mandada todos los recados a la perfección.
Jejejeje, un besazo guapa!!!

Anónimo dijo...

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